Haz que tu vida tenga valor: Como darle significado a tu vida, reflexiones, valores que sustentan y orientan tu vida, sentido a tu vida, principios para aplicar a tu vida, sentido y propósito en tu vida, simplificar la vida, la mejor persona que puedo ser, valor personal, lo más importante en tu vida, filosofía de vida.
Haz que tu vida tenga valor
Sentido de vida: Como darle significado a tu vida, reflexiones, valores que sustentan y orientan tu vida, sentido a tu vida, principios para aplicar a tu vida, sentido y propósito en tu vida, simplificar la vida, la mejor persona que puedo ser, valor personal, lo más importante en tu vida, filosofía de vida.
Una de las preguntas que recibo frecuentemente es, “¿Cómo puedo descubrir mi lugar correcto en la vida y saber sin lugar a dudas mi principal propósito?”
Aunque el principal propósito en la vida, para alguien que no está iluminado espiritualmente, es de despertar hacia este estado, las personas que hacen esta pregunta generalmente quieren saber qué es de valor en base a su vida cotidiana. Si todavía sientes que tu vida no tiene valor:
• Ora y en esa quietud observa tus pensamientos y sentimientos. Escríbelos. Si un vislumbramiento no ocurre, ten paciencia.
• Pregunta: ¿Si fuera libre, si tendría las habilidades y recursos para hacer lo que quiero hacer, qué haría? Escribe tus respuestas.
• Si tus propósitos están bien definidos, sigue adelante. Si necesitas conocimientos (experiencia) o entrenamiento, adquiérelos.
• Si no sabes cuales son tus propósitos, ábrete a los mensajes de tu inteligencia innata y lo que parecen ser oportunidades útiles que la vida te presentará de vez en vez.
• Manténte alegre y optimista. El escribir los pensamientos y planes provinientes de la inspiración es muy importante, porque así no te olvidas de las ideas que parecían sabias o los planes que pensabas que podrían ser dignos de
implementarlos.
Hacen unos años, los directores de una firma grande respondieron a una encuesta sobre sus prácticas para seguir o implementar sus metas. Se encontró que el 23% no tenian metas específicas;
67% tenian algunas metas pero que no las escribieron; solo un 10% tenian metas a largo plazo.
Entre aquellos con metas de largo plazo, solo una persona en tres escribió un plan claro y específico.
Los directores con metas específicas las realizaron el 44% de tiempo. Aquellos que escribieron sus metas las realizaron el 89%. Las personas que tienen metas y propósitos, tienen espectativas de tener éxito y actúan decisivamente; sus esperanzas y metas generalmente producen los resultados esperados.
Existen varias razones por las qué una meta clara y definida resula en un éxito:
• Las metas que se imaginan vívidamente y que se cree hacer una realidad, dan por resultado pensamientos, planes y acciones que son decisivos y productivos.
• Nos concentramos en asuntos que se consideran esenciales y descartamos aquellos que no lo son.
• Tenemos más probabilidades de tener una vida ordenada, porque somos entusiastas y optimistas, y nuestras selecciones en lo que se refiere a dieta, ejercicios, descanso, educación, prácticas espirituales y relaciones, generalmente alientan nuestros planes futuros.
• Nuestros estados de conciencia y estados mentales corrientes, se interrelacionan y atrayen una respuesta correspondiente de la Mente Universal. Haz que tu vida realmente tenga valor decidiendo ser responsable de tus estados de conciencia y los estados mentales y emocionales.
Si ocurren retos o circunstancias inesperadas, no dejes que disturben tu paz interior. Cuando estas circunstancias o relaciones son dificultuosas o te causan distracciones, manténte sereno y toma las decisiones correctas. Cultiva una conciencia centrada en el alma en todo momento, a pesar de lo que ocurra alrededor tuyo.
Pide lo que necesitas o deseas Lo que necesitas, lo que te mereces, y tus deseos valiosos se deben llenar. Cuando conoces tu relación con el Infinito, sabes que esto es verdad.
Cuando piensas y sientes que eres una persona ordinaria, puedes confundirte. Puedes pensar que Dios te está negando la seguridad que necesitas o el bienestar que deseas debido a pasados errores o para darte una lección. Dios no premia ni castiga, tus experiencias corresponden a tus propios estados de conciencia y a tus acciones.
Nunca pienses que condiciones subconscientes adquiridas, debido a pensamientos, sentimientos y conductas pasadas, deben determinar tus experiencias o que no se puede hacer nada para mejorar tu vida. Aunque las influencias subliminales pueden ser fuertes, tú puedes escoger no dejarte controlar por éstas. Al estar centrado en el alma, estas condiciones se debilitan y se eliminan.
¿Cuáles son tus necesidades? ¿Qué deseas tener o experimentar?
Tal vez tus necesidades o deseos no se han hecho una realidad, debido a que tú no pediste lo que necesitabas o querías, o no pediste correctamente.
Lo que pides puede hacerse una realidad. Debes discriminar entre lo que necesitas y lo que son los caprichos, y entre los deseos que pueden hacer o no que tu vida se realize. Pide con seguridad. No actúes como un mendigo
o pidas “simplemente lo suficiente para sobrevivir” o para “facilitar grados limitados”. Tu eres un ser espiritual inmortal. Piensa, siente, y actúa como lo que realmente eres, desde lo más profundo de tu
ser, en lugar de como un ser egoísta, dominado por la personalidad. Afirma y reconoce que aquello que
imaginas, es posible y que lo puedes experimentar.
Dirígite hacia Dios de la manera que percibes que Dios es:
• Si imaginas a Dios como un ser omnipresente, con quien te puedes relacionar y quien puede responder tus oraciones, ora a ese concepto de Dios.
• Si imaginas a Dios como una presencia omnipotente, ora y dirigite a esta presencia. • Si estás consciente de la entereza de Dios, reconócela como se está expresando, dentro y alrededor de ti en un orden divino. Cultiva ese sentimiento, con el conocimiento y convicción de que siempre estás en tu “lugar correcto” en el universo y que los recursos abundantes y hechos alentadores, circunstancias y relaciones para tu
óptimo bien se te proporcionan espontáneamente. La manera que pides puede ser en silencio, o mentalmente, o puedes conversar con Dios, de la manera que te imaginas o sabes que Dios es.
Conversa con Dios directamente. Sé especifico. Pídele lo que necesitas o quieres, hasta que tengas la convicción fuerte y sin ninguna duda de que lo que pides, lo recibirás.
Si el conversar con Dios es una experiencia nueva para ti, experimenta. Descubrirás que el
conversar con Dios, organiza tus pensamientos y hace que puedas determinar lo que es importante para tu bienestar. Imagina (o reconoce) la realidad de Dios donde te encuentras. Repite en voz alta:
“Dios, esta es mi situación”, y continúa así. Describe tus circunstancias y tus verdaderas necesidades.
Define tus deseos y explica por qué quieres que se hagan una realidad. Si tienes temores o
conflictos, o sentimientos de culpa, inseguridades, o sentimientos de incompentencia, decláralos.
Si tienes hábitos malos a los que quieres renunciar o tienes buenos hábitos que quieres demostrar,
afírmalos.
Cuéntale todo a Dios. Continúa conversando con Dios hasta que no tengas nada más que decirle, después permanece en el silencio. Aunque Dios ya conoce tus necesidades y los deseos de tu corazón, el hablarle, te ayudará a estar más consciente de Dios y serás más perceptivo.
Conversa con Dios en privado y cuando estés solo. Si al principio no te sientes cómodo haciendo esto (o te sientes algo tonto) hazlo de todas maneras. Descubrirás pronto que el conversar con Dios es agradable y es una experiencia satisfactoria y beneficiosa.
Antes de continuar leyendo, pausa por unos minutos y conversa con Dios.
Haz que tu vida tenga valor: Como darle significado a tu vida, reflexiones, valores que sustentan y orientan tu vida, sentido a tu vida, principios para aplicar a tu vida, sentido y propósito en tu vida, simplificar la vida, la mejor persona que puedo ser, valor personal, lo más importante en tu vida, filosofía de vida.
Busca lo que necesitas o quieres
Sé un observador. Mira más allá de las condiciones que no son compatibles con tus ideales y aspiraciones. Imagina lo que puede ser posible para tí. Mentalmente “ve ésto”. En lo profundo de tu ser, reconócelo y acéptalo. Aparecerán oportunidades que pueden facilitar que tus necesidades y deseos se hagan una realidad; investiga y averigua si
éstos te pueden ayudar o no.
Algunas veces las ideas alentadoras se pueden adquirir por medio de lo que otras personas dicen o por medio de lo que lees. Las ideas alentadoras también se presentarán espontáneamente en la supercie de tu conciencia. Si permaneces alerto y atento, descubrirás que intuitivamente tomas decisiones correctas y desempeñas acciones correctas.
Verás evidencias de que el universo te alienta hasta el punto en que tú estes abierto a éste. Tendrás más conciencia cosmica. Intuitivamente percibirás tu mundo como una manifestación de las fuerzas cósmicas. Tus conceptos ilusorios antiguos sobre Dios, sobre tí mismo, y el universo se disolverán. Te darás cuenta de que no existe una
separación entre Dios y el reino material en el cual permaneces.
Persiste con tu fé inquebrantable. Rehusa estar triste o los estados anímicos. Sé alegre y cotinúa con tus intenciones. No permitas que “las noticias malas” sobre hechos que ocurren en tu communidad o en otros lugares del mundo hagan que te llenes de temores; evita la ansiedad o la depresión. Las circunstancias externas son transitorias. Permanece siempre en aquello que nunca cambia.
Después de unos momentos de oración y meditación y en cualquier otro momento, debes reconocer de que estás, en todo momento, en acuerdo con el ritmo armonioso de la vida. Debes saber que todo lo que necesitas ya es disponible e ideal para que tus deseos constructivos se llenen.
Ten la fé inquebrantable (la absoluta y pura convicción) de que tus necesidades se satisfacen y que tus deseos se realizan. Ten paciencia cuando necesitas paciencia. Desempeña tus acciones de una manera decisiva y éstas producirán los resultados deseados cuando sean necesarios.
Los beneficios de una vida ordenada
Organiza tu vida y mantente espiritualmente consciente, mentalmente competente, emocionalmente equilibrado y maduro, sano, confidente de que llenarás tus metas significativas y mantente en un estado armonioso con las personas con las que te relacionas. Un estilo de vida simple (sin complicaciones) y en acuerdo con las leyes de la naturaleza contribuirán a tu bienestar y a que exitósamente llenes tus propositos. Recuerda que una vida larga y sana hará que aprendas lo que necesitas aprender, hacer lo que necesitas o quieres hacer y llevar a cabo tus propositos: hacia la Autorrealización y la realizacion en Dios en esta encarnación.
• Come, duerme, haz ejercicio, desempeña tus deberes y atiende a las necesidades de otros como sea necesario y en un horario regular. Decide cuanto tiempo, energía, o recursos materiales emplearás en estas actividades.
• Cuando sea necesario, evita las distracciones.
• Evita gastos impulsivos e innecesarios de dinero. Cultiva una conciencia de prosperidad: de tener lo que necesitas cuando lo necesitas y libremente hacer lo que quieres o necesitas hacer.
Experimentarás una prosperidad permanente cuando los aspectos espirituales, mentales, emocionales físicos y ambientales en tu vida se hayan integrado armoniosamente.
• Conserva tus fuerzas vitales evitando conversaciones innecesarias y superficiales, acciones sin propósito, la preocupación y el éstres. Te sentirás más sano, y podrás pensar más racionalmente y tomarás las decisiones correctas y los poderes de concentración se mejorarán y estarás más consciente espiritualmente.
Periódicamente revisa tu rutina y modifícala o mejórala cuando sea necesario. Experiementa hasta que descubras una rutina que produce los mejores resultados posibles; continúa con ésta hasta que sientas que debes cambiarla. Una practica regular te proporcionará experiencias útiles.
Evita pensar o afirmar que no puedes meditar. Ora o practica una técnica de meditación que envolverá tu atención. Aspira fervientemente a la Autorrealización y a la realización con Dios.
Simplemente no te sientes a meditar sintiendote debil o dudando si puedes meditar o no efectivamente.
Siéntate hasta que experimentes un cambio de punto de vista que remueva tu atención y conciencia de esas condiciones.
Siéntate hasta que experiementes un estado de superconciencia; durante la cual tu conciencia estará serena y clara.
En las etapas inciales, la superconciencia puede estar mezclada con pensamientos débiles y emociones. A medida que continúas sentándote y observando, tu mente estará en paz y las emociones
se calmarán. Contempla la esencia de tu ser como es: conciencia pura. Cotempla la realidad de Dios. Ríndete al impulso natural de hacer que tu conciencia vuelva a su pureza original. Cuando te rindes así, los esfuerzos personales ya no son necesarios o utiles porque se desarrollarán, espontáneamente,
realizaciones superconscientes. La concentración meditativa se puede interrumpir ocasionalmente. Los impulsos subliminales que no están desactivados pueden causar olas de movimientos en la mente; entonces emergen los
pensamientos.
Se puede experiementar visiones y otras fantasias las que se deben eliminar. Aspira sólo a percibir aquello que es permanentemente real, evitando la facinación con las percepciones y sensaciones meditativas. Los pensamientos y sensaciones son solo relativamente reales; no son la última realidad.
Qué hacer cuando tienes dudas sobre lo que crees o experimentas
A medida que despiertas a traves de las etapas del crecimiento espiritual y continúas aprendiendo, es normal que ocasionalmente tengas incertidumbre sobre algunos hechos o experiencias que has tenido. Pregúntate:
• ¿Son reales o verdaderas?
• ¿Puedes confiar en éstas?
• ¿Tienen algún valor?
• ¿Es mi sendero espiritual el correcto para mí?
• ¿Estoy haciendo el progreso que deseo?
Examina tus creencias y experiencias bajo la luz de la razón e intuición. Debes estar dispuesto a hacer descubrimientos nuevos en lugar de aferrarte a creencias y conductas que ya no tienen valor. Las verdades filosóficas básicas no cambian, pero tu comprensión hacia éstas mejorará. Si estás seguro que tu sendero espiritual es el correcto para tí, pero no estás haciendo el progreso que deseas y mereces, practica con un interés nuevo. Vive de la mejor manera y valientemente.
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