Palabras de Amor. Creo que todo comenzó cuando la oí cantar su versión de «la vida en rosa». Yo dejé de ser aquel que fui. Y me convertí en quien soy hoy. Ni mejor ni peor, solo diferente.
Palabras de Amor
Desesperado busqué en el fondo de mis recuerdos todas esas caricias y la sensación de entrega y de pertenencia. Porque allí estaban y sin embargo las guardaba bajo mil cadenas. Todas se han deshecho ante el reflejo nuevo de ese amor que duerme en el letargo pero aún puede vibrar, latir y sangrar.
Viejos nuevos sentimientos de vida llena, de voces susurradas y de pieles suaves y adheridas. Pieles que no se separaban en la distancia ni en el tiempo. Pieles que seguían ahí juntas balbuceando sus palabras de deseo y de amor.
Y sigo oyendo que ella sabe sobre lo que es y lo que causa y yo también recuerdo haberlo sabido. Pude vivir a carne viva alguna vez y sentirme dueño del mundo y de la vida, que nada era imposible. Y hoy me veo y noto que de las palabras ya no brotan vida, como si la magia se perdiera. Me arrojo de rodillas en la hierba y le pido al altísimo que la vida vuelva a mí!
Me descubro que este no soy yo. Soy un impostor que vende lo que ya no tiene. La escucho una y otra vez para poder romper la dureza de mi corazón. Y mientras espero el milagro, noto que lágrimas bajan por mis mejillas. Tal vez aún haya esperanzas para mí. Sé que cada día mi Ser me ocultaba esa esperanza. Se que cada día mi mente se distraía en mil labores.
Su voz canta que él le ha jurada amarla toda su vida y yo oigo los gritos que me regalaba. Oigo que su boca silenciosa jamás me lo dijo, pero leo en su cuerpo y en su alma ese amor que no supo que fue.
Pero yo sí lo supe de mil maneras. Me alejé cuando la herida había dejado de sangrar. Me alejé en el momento donde sabía que nadie era más importante que ella. Tanto para ella como para mí. Cuánto pude resistir?
En tantas solo obtuve cobijo, en otras descubrí nuevos amores.
Pero a veces el destino nos lleva por nuevos caminos y no sabemos por qué?
Solo se que cada vez que la oigo, así como late su corazón de enamorada, aunque sufrió los mil dolores, se también que vuelvo a recordarla. Por eso se de que habla cada vez que canta. No importa que canción elija darle brillo y fulgor, siempre siento el candor de ese amor eterno al que canta una y otra vez. Me derriba y me descubre vivo. Me recuerda que yo también estuve vivo muchas veces. Y me recuerda que aún estoy vivo y listo para seguir viviendo.
Es por eso que en cada mirada y cada caricia hoy valoro ese instante y lo hago eterno. Aprendí a detener el tiempo. Y si a veces, distraído por la vida diaria y sin sentido, siempre uno de mis ángeles me la trae al recuerdo y al oído. Entonces allí vuelvo ser carne. Vuelvo a ser espíritu. Y como si una estatua tornara a la vida, vuelvo a derretir el frío helado que recubre mi cuerpo por fuera y se enciende la vida que llevo dentro hacia afuera.
Y así mágicamente vuelvo a la vida a todo aquello que me rodea. la vida vuelve a ser hermosa. Y mi corazón vuelve a recordar el amor. Y valoro cada gesto y lo agradezco al cielo. Y me derramo en amor a mi mundo. Puedo ver con otros ojos y vuelvo a recordar que todo es posible nuevamente. Que cada día estoy más cerca de ese ser al que anhelo. Vuelve mi sonrisa y el silbido de pájaro a mis labios.
Así vuelve la felicidad de las noches de amor eternas, el amor vibrando en todos lados, el recuerdo vivo de su canto y su felicidad. No importa cuanto fue lo que haya durado. Importa que conocí y viví algo que solo me habían contado. Hoy lo cuento y lo canto al viento para que lo lleve hasta tu oído hermano. Que el cielo quiera que ese amor que sentimos alguna vez los afortunados se haga eco en todos nuestros hermanos.
La esperanza y la confianza existe, porque se muy bien que lo siento por el
mineral, el vegetal y el animal. Lo siento en cada ser y cada hermano que me cruzo cada día. lo sé porque cada día juzgo menos y comprendo más.
Porque cada día me emociono más y vuelvo a ser ese ser sensible que fui cuando era niño. Hoy ese niño y yo somos como dos hermanos que se hacen uno.
Hoy siento que al fin puedo ser. Y por eso amo esta mujer que al oírla, me recuerda todo eso. Por eso no dejo de escucharla cantar a Edith Piaf La vie en rose.
Como no recordarme abrazado, hablando palabras de amor al oído y oyéndola cantar y lograr que los violines y el piano me lleven bien alto abrazada a mi amor.
Ella tiene el secreto en su corazón y lo sabe. Por ello sabe de causas y de amores y por ello así como ella lo siente, me llega a mí. Por ello me emociona tanto, por ello estamos sintonizados. Vibramos la misma frecuencia. La del amor. Ojalá hermano logremos vibrar todos juntos.
Él se lo juró y ella a él, ella lo percibió y supo que era verdad. Y juro que me lo cantó a mí para que esto llegara a tí.