Meditación de Ho´oponopono: Meditación del niño. El niño y el subconsciente. La madre y la consciencia. Permiso del niño. Salud y finanzas. Tocar su cabeza. Pedirle perdón al niño. Te amo, perdóname, lo siento, gracias.
Meditación de Ho´oponopono:
La Meditación de Ho´oponopono: Meditación del niño. El niño y el subconsciente. La madre y la consciencia. Permiso del niño. Salud y finanzas. Tocar su cabeza. Pedirle perdón al niño. Te amo, perdóname, lo siento, gracias.
En este caso es la meditación del niño interior. El Dr Hew Len trata de la relación con la madre. Esta es la relación más importante en la creación. Y es mucho más importante que cualquier relación física que puedas tener, así que relájate con los ojos cerrados. Te voy a llevar a ver cuál es la relación más importante en la creación. Lo voy a llamar la relación entre la madre y el niño.
Así vamos a suponer que lo vemos en la consciencia, que es la madre al aspecto de la creación y el subconsciente que es el niño y en este niño están todas las memorias de la creación desde que nació.
Aclarando sintomatologías
Si tu tienes depresión, es la información que hay en el niño que está experimentado la depresión. Así que queremos que esta relación funcione. Lo primero que queremos hacer lo vamos a hacer muy despacio. Primero que nada, queremos decirle a este niño por primera vez: “Ohh!!!, es la primera vez en la creación que reconozco tu presencia en mi. Esta es la primera vez que es importante, pues me doy cuenta de que estás en mí”. Que está en ti este niño interior y tu le hablas a este niño: “¡¡¡Ohh!!!, ¡¡¡wow!!!. Es la primera vez que me doy cuenta de que eres parte de mí”. Y lo siguiente que hay que decir es muy sencillo, es: ”Te amo, te quiero”. Así tu te das cuenta del hecho que todas las heridas y dolor que has experimentado han ido siendo captados en este niño interior y tu le dices de forma simple:
“Lo siento, por favor, perdóname por todas las memorias acumuladas de pena, tristeza, dolor y miedo”.
Así que tu hablas a este niño dándote cuenta de tu responsabilidad, de todas esas memorias que el niño tiene y que has creado, aceptado y acumulado y tienes que deshacerlo. Uno de estos métodos, en la forma más simple de hacerlo es siempre tienes qué pedir al niño permiso. Nunca hacerlo sin pedirle primero permiso, así, eso es lo que queremos hacer, queremos decirle: “por favor permíteme acariciarte la cabeza con amor y con interés” y hazlo, no tienes qué imaginar nada, solo hazlo; decirte a tí mismo, cómo acaricias la cabeza del niño y decirle al niño: “te quiero, te quiero, por favor perdóname por todas esas experiencias acumuladas en la memoria que están guardadas en tí, lo siento”.
De nuevo recordamos que esta es la más importante relación porque tu puedes enseñar a este niño cómo hacer la limpieza y puedes ponerlo en automático.
Pero si tu no te das cuenta de su existencia o no te importa realmente tu no puedes hacerlo. Así acaricia su cabeza y le dices: “te quiero, gracias por ser parte de mí y lo siento, lo siento mucho, he ido recogiendo todo esto, no te he cuidado, te he manipulado, lo siento”. Y entonces tu hablas con el niño. Todas estas memorias repiten todos estos problemas y tu le dices al niño: “si no te importa ayúdame a dejarlas marchar”. Empiezas en la cabeza y si tienes dolor de cabeza o dolor de espalda o por el cuerpo y hablas al niño: “estas son las experiencias pasadas, por favor, déjalas marchar”. Estas memorias que se están repitiendo una y otra vez, dile: “no sé qué memorias son ni quiero saberlo tampoco, tu sabes, entonces, puedes ofrecerlas a la divinidad, al superconsciente, tu le puedes pedir a la divinidad ser libre”.
Ahora le acaricias suavemente la cabeza y le pides al niño si puede sostenerle suavemente, no duramente, esto lo asustaría, dile al niño:
“Por favor dame permiso de sostenerte muy suavemente” . Cuando lo hagas, hazlo, no hace falta imaginarlo, solo sostenle suavemente.
Cuando tengas al niño en tus brazos solo dile: “Gracias por ser parte de mí, te amo, te amo y lo siento por todas las memorias acumuladas que tu experimentas como dolor, como sufrimiento, por favor, por favor, perdóname”. Cuando has hecho esto tu le pides al niño que te dé una mano:
“Por favor dame una mano”.
Así que puedo acariciarla suavemente.
Cualquier mano que quieras darme, dile: “por favor dámela”. En tu mente coges la mano y la acaricias suavemente, suavemente la acaricias y te das cuenta del niño: “Oh!!! gracias por ser parte de mí, la parte de mí que no he hecho mucho caso y lo siento, por favor, perdóname, te amo” (Meditación de Ho´oponopono).
Y ahora toca la otra mano, hablaremos de finanzas, le dices al niño:
“Ok, son solo las memorias donde están los problemas” y le pides dejarlos marchar: “Por favor, déjalos marchar”. Cualquier problema financiero, de dinero, de hipoteca, económicos, cualquier sea el problema. Los problemas no son económicos, no son financieros, son las memorias que se repiten, es la hipoteca que sostiene tu alma y tu quieres que este niño que tiene la hipoteca la deje marchar. Por favor déjala marchar, déjala ir. Los problemas con el banco, quiebra, cualquier problema de abuso de dinero, cualquier memoria que tengas de abuso económico por favor déjalo marchar. Ahora le pides al niño permiso para sostenerle su otra mano: “Por favor, déjame tomar tu otra mano”. Así recoges mentalmente la mano y la acaricias suavemente, suavemente la acaricias.
Meditación de Ho´oponopono: Meditación del niño. El niño y el subconsciente. La madre y la consciencia. Permiso del niño. Salud y finanzas. Tocar su cabeza. Pedirle perdón al niño. Te amo, perdóname, lo siento, gracias.
El niño y los recuerdos
Quiero que te quede muy claro que es en este niño donde están almacenados todos tus problemas y por eso tienes qué tener una buena relación con este niño para que los deje marchar y se vayan. Tu has creado este almacén, mírate a ti mismo y tómate tiempo. ¿Qué está pasando en mí. ¿Qué está pasando ciertas experiencias con cierta gente?. Tu lo tienes que crear en tu vida, no sé qué memorias son pero sé que tengo qué resolverlo. Yo sé que no sé de qué trata esto, pero sé que son las memorias en mí y habla al niño: “Por favor déjalas marchar”. Esto es lo más importante y la central relación en toda la creación. Entre la madre y el hijo. La madre puede traer a casa al niño y ser libre, el niño puede limpiarlo todo, está dispuesto a dejarlo marchar, a estar dispuesto a estar en ella, esto está llegando, muchas gracias (Meditación de Ho´oponopono).
Ahora le pedimos permiso para sostenerlo en los hombros:
“Por favor permíteme sostener tus hombros”, tu alcanzas sus hombros y empiezas todo esto. Hablas esto, hablas acerca del amor y de la presencia del niño: “Te quiero, te quiero, gracias, gracias, gracias, por ser parte de mí. Estoy muy agradecido de saber que somos tu y yo, desde el principio del tiempo y que no te he cuidado desde nunca. Por favor perdóname, por ignorarte, no cuidarte, causarte dolor, causar pena, lo siento, te quiero, gracias por ser parte de mí”. Y entonces tu le coges los hombros y le dices: “permíteme coger tus hombros y darte mi ilimitado amor”. Si buscas a una pareja de negocios esta relación con el niño es la mejor relación de negocios en toda la creación. La relación entre el hijo y la madre trabaja por tiempo para todo, hace que tomes los hombros y mírale a los ojos y date cuenta que le has causado dolor, dile:
“Lo siento, por favor perdóname, te quiero, gracias por dejar que se marchen los problemas y dejar que tu y yo seamos libres de todas estas memorias”.
Así podemos caminar de la mano, hacia la divinidad como almas puras hacia la luz. Tu puedes hacer esto en la mañana, tu puedes hacer esto en la tarde y te puedes tomar unos pocos minutos cada día para conectarte. Haz esto y tu niño interior será tu pareja (Meditación de Ho´oponopono).
Ahora, les voy a pedir hacer siete rondas de respiración:
Ambos pies en el suelo, los dos dedos, el gordo y el índice tocándose, las dos manos sobre la rodilla o sobre el regazo y a respirar: respirar es limpieza, el niño lo agradecerá.
Una ronda de siete, respirando contando siete; inspirando contando siete, reteniendo contando siete, y expirando contando siete, siete veces. Muchas gracias (Meditación de Ho´oponopono).
Aquí la meditación:
Fuente:
-Propia (Meditación de Ho´oponopono).