Estrés y Psiconeuroinmunología Nuevos modelos de salud y enfermedad

Estrés y Psiconeuroinmunologia

Estrés y Psiconeuroinmunología. El estrés está asociado a factores personales, laborales, sociales, es decir, a factores psicosociales, el estudio de esta vinculación ha interesado a diferentes especialistas del quehacer humano (psicología) y del quehacer científico (medicina), de ahí nace la psiconeuroinmunología, donde se le da respuesta a la interacción que existe entre ellos.

Estrés y Psiconeuroinmunología
Estrés y Psiconeuroinmunología

Estrés y Psiconeuroinmunología:

El Estrés:

Estrés es una palabra que deriva del latín, la cual fue utilizada con mucha frecuencia durante el siglo XVII para representar «adversidad» o «aflicción». A finales del siglo XVIII su utilización evolucionó para «fuerza», «presión» o «esfuerzo», puesta en práctica en primer lugar por la propia persona, su cuerpo y su mente. El concepto del estrés no es nuevo, pero fue sólo al principio del siglo XX cuando las ciencias biológicas y sociales iniciaron la investigación de sus efectos en la salud del cuerpo y de la mente de las personas.
El término estrés fue introducido por el médico fisiólogo Hans Seyle de Montreal y no tenía traducción al español. Originalmente se refirió a las reacciones inespecíficas del organismo ante estímulos tanto psíquicos como físicos, involucrando procesos normales de adaptación (eustrés), así como anormales (distrés).

En el nivel de la emoción, sin embargo, las reacciones del estrés son muy distintas. La persona maneja la situación con la motivación y el estímulo del eustrés. Al contrario, el distrés acobarda e intimida a la persona y hace que huya de la situación.

Los estudios originales de Seyle se hicieron a partir del síndrome general de adaptación descrito como la respuesta general de organismos a estímulos estresantes. Seyle describió tres formas clásicas de la respuesta orgánica:

1. Fase de alarma (primitiva respuesta de preparación para la lucha o la huida).
2. Fase de resistencia.
3. Fase de agotamiento neuro vegetativo.

Fue en la fase de alarma donde se identificaron respuestas fisiológicas en los sistemas circulatorio, muscular y sistema nervioso central (sistema límbico, sistema reticular, hipotálamo, neuroendocrino), que permitieron establecer el vinculo entre el estímulo (emoción) y la respuesta (fisiológica). Así mismo, en las respuestas de

adaptación demostraron científicamente la participación de los procesos emocionales y psíquicos en la modulación de las respuestas a estímulos tanto internos como externos y a la posibilidad de desbordamiento de las capacidades de adaptación individuales. Esto llevó al concepto de medicina psicosomática que involucra los procesos mentales y emotivos en la génesis de procesos patológicos orgánicos.

El estrés es entonces, la respuesta del organismo a una demanda real o imaginaria, o simplificando aún más es todo aquello que nos obliga a un cambio. Las situaciones estresantes llamadas estresores que pueden causar el cambio o adaptación son de un espectro enorme.

Desde el enojo transitorio a sentirse amenazado de muerte. Desde la frustración o la angustia al temor que nunca cede. A veces la causa difiere enormemente. Un divorcio es normalmente muy estresante pero una boda también puede serlo. El fallecimiento de un familiar produce estrés pero también un nacimiento.
Tanto el estrés positivo (eustrés), como el negativo (distrés), comparten las mismas reacciones, pero en el caso del negativo estas respuestas quedan detenidas en la posición de funcionar permanentemente.

Generalidades:

1. Todo estímulo externo o interno físico o psíquico se sigue en el organismo de una reacción.
2. Las reacciones pueden ser específicas o inespecíficas.
3. Las reacciones orgánicas persiguen dos fines:
a. Preparar defensas inmediatas (lucha o huida).
b. Desencadenar procesos de adaptación.
4. Si los estímulos son muy intensos, se repiten frecuentemente o persisten por mucho tiempo se satura la capacidad de adaptación y se presenta la desadaptación alterándose la homeostasis orgánica.

Consecuencias del estrés

La respuesta del organismo es diferente según se esté en una fase de tensión inicial, en la que hay una activación general del organismo, y en la que las alteraciones que se producen son fácilmente remisibles, si se suprime o mejora la causa, es decir se pueden disminuir los síntomas y así desaparecer la tensión. Por consiguiente, las consecuencias iniciales, las cuales pueden ser:
Tensión muscular, cansancio, agotamiento físico y mental, dificultad para dormir, problemas de ansiedad, entre otros. Si estos síntomas no desaparecen, se pasa a la fase de tensión Crónica o estrés prolongado, en la que los síntomas se convierten en permanentes y desencadena la enfermedad.

Es decir, el estrés prolongado altera el sistema nervioso, el sistema endocrino y el sistema inmunológico, el que se desarrolle una u otra enfermedad va a depender de la fortaleza o debilidad de cada persona, su estilo de vida, su manera de resolver y enfrentar las circunstancias, entre otros.

La importancia de las variables personales

Aunque el trabajo es un caso muy común de motivo de estrés, es importante anotar que el estrés no es un problema asociado únicamente a este, ya que también existe fuera de él. Fuera del lugar de trabajo el estrés está asociado con la vida doméstica del trabajador y de su familia, las responsabilidades familiares, civiles, la organización del transporte, el ocio y las actividades de formación o docentes. Dichos factores pueden interactuar de forma positiva o negativa con los elementos estresantes del entorno laboral y, por tanto, afectan en general, la calidad del trabajo, productividad y satisfacción.

Con la creciente participación de las mujeres en el empleo remunerado y el aumento de padres y madres trabajadoras, así como de familias monoparentales, cada vez se está reconociendo más la interacción armoniosa entre el trabajo y la vida familiar como un tema a tener en consideración tanto por los empleadores como por los trabajadores.

A fin de proteger a los trabajadores a tiempo parcial, a los trabajadores temporales y a los trabajadores a domicilio, muchos de los cuales tienen responsabilidades familiares, la recomendación establece que es necesario revisar y supervisar debidamente los términos y condiciones que rigen estos tipos de empleo. Además, se da por conocido que no solamente un ámbito laboral y/o familiar pueden ser fuentes potenciales de estrés, sino que también se debe tener en cuenta dentro de las responsabilidades familiares o civiles, el estrés causado por presiones del estudio. Esto puede darse más frecuentemente en estudiantes universitarios . Los estudiantes universitarios, por lo general, sufren de estrés; más aún en determinados momentos del semestre o curso (época de exámenes) y frente a ciertas situaciones (Estrés y Psiconeuroinmunología).

Por ejemplo ser examinado por un profesor que posea determinadas características que lleven al alumno a sentirse presionado o nervioso, aunque esto también tiene que ver con algunos estereotipos que el propio alumno recrea y son contraproducentes para sí mismo.

En estas situaciones se puede notar un gran incremento del nivel de estrés cuando el alumno, además, debe trabajar o presenta situaciones estresoras a nivel personal (como por ejemplo presiones directas o indirectas por parte de la familia frente al éxito o fracaso del alumno). Estos factores y otros pueden crear un nivel de estrés tan peligroso como el de un jefe de familia. Se puede remarcar que en numerosas oportunidades los estudiantes no tienen en cuenta el grado de estrés al que están expuestos y en esto tiene mucho que ver el factor socio-económico actual, el cual en cierta manera «obliga» a las personas a dejar de lado el estrés (hasta el momento en que compromete su salud en forma importante) aún sabiendo sus consecuencias (Estrés y Psiconeuroinmunología).

Efectos y costos del estrés

El estrés tiene una incidencia en costos no solo en las personas sino también en la industria y en la sociedad, es por ello que se hace necesario analizar su influencia sobre estos tres aspectos de una manera integral ya que ninguno puede ir separado del otro. El estrés p uede contribuir al desarrollo de enfermedades cardíacas y cerebro vasculares, hipertensión, úlceras pépticas, inflamaciones intestinales, problemas musculares y de huesos. Además las evidencias sugieren que el estrés altera las funciones inmunológicas, facilitando posiblemente el desarrollo del cáncer (Estrés y Psiconeuroinmunología).

Los problemas de ansiedad, depresión, neurosis, alcohol y drogas van claramente asociados al estrés. Estos últimos contribuyen a la incidencia de accidentes, homicidios y suicidios. Consideradas en conjunto estas alteraciones son las responsables de la gran mayoría de enfermedades, fallecimientos, incapacidades y necesidad de atención médica (Estrés y Psiconeuroinmunología).
Se la entiende mejor cuando se realiza el siguiente experimento :

Si se colocan en una misma jaula, separados por barrotes una rata y un gato, éste no podrá acercarse a la primera y comerla. Sin embargo, evidentemente la rata no ésta tranquila. Al pasar las horas se la verá acurrucada en el extremo de la jaula más alejado del gato, estará acostada pero con los ojos abiertos y el pelo erizado, y no probará alimento aunque esté a su alcance. Está vigilante, atemorizada. Su organismo responde al peligro constante mediante una estimulación de la neurohipófisis, glándula situada en el cráneo debajo del encéfalo, que estimula la secreción de cortisol. Esta sustancia hormonal además de actuar en forma directa sobre el organismo, estimula la secreción de otras sustancias llamadas corticoides que se producen en la parte cortical de las glándulas suprarrenales ubicadas por encima de los riñones (Estrés y Psiconeuroinmunología).

Además de que la parte medular de dichas glándulas es la encargada de la producción de las catecolaminas como la adrenalina y noradrenalina, los corticoides y las catecolaminas producen aumento de la presión arterial, aceleración del ritmo cardíaco, aumento de la coagulabilidad de la sangre, aumento del colesterol sanguíneo y otras reacciones que, a larga, favorecen la producción de enfermedades del corazón:

Las arritmias , la hipertensión arterial y los infartos. La tensión psíquica que producen ciertas ocupaciones o modos de vida en numerosas personas tiene el mismo efecto que el estado de vigilancia de la rata. Puede producirse en forma temporaria en ocupaciones con frecuentes exigencias temporales o como una forma de vida en otras. Esto puede llevar a una sensación de atrapamiento, fracaso, pérdida del control y la autoestima.

Mecanismos desencadenantes de estrés

La hostilidad creciente como así un insomnio difícil de controlar son las dos manifestaciones iniciales que ponen en alerta a las personas. ¿Cuál es el común denominador en estos individuos?. Un desajuste entre sus expectativas y la realidad que les ofrece el mundo en que viven. Por ello una definición de estrés que se ajusta es la inadecuación entre las expectativas y la realidad anteriormente mencionada. ¿Existe alguna ley que diga que las expectativas de cada individuo deben cumplirse?. Por supuesto que no, pero uno de los pasos importantes a dar con estas personas es enseñarles a adaptarse lo mejor posible por vivir en un mundo que ellos no pueden cambiar. Tienen que tratar de transformarse. Se sabe que no poder adaptarse a la realidad de la vida ocasiona alguna tristeza, angustia y hostilidad psicológica, en otras una total desesperanza.

El cuerpo reacciona ante estos estados con mecanismos que al principio constituyen una adaptación, pero que ante la reiteración de la situación y la frustración de no poder contrarrestarla se transforma en cuadros de enfermedad orgánica y/o depresión psicológica. Esto se puede observar en estudios (Estrés y Psiconeuroinmunología).
Estrés, salud mental y cambios inmunológicos en estudiantes

En Venezuela se realizó un trabajo que tuvo como objetivo evaluar la relación entre el estrés, la salud mental y los cambios inmunológicos ocurridos en una muestra de estudiantes universitarios en un período de alta demanda académica. La muestra estuvo conformada por 20 estudiantes del primer año de la Universidad Simón Bolívar, (12 hombres , 8 mujeres, edad media = 17,20) quienes asistieron a una convocatoria de carácter voluntario para participar en el estudio. Los mismos fueron evaluados al inicio del período académico y en la 8va. semana de clases (período de exámenes) a través de instrumentos de auto-reporte para medir las variables psicosociales, así como en sus indicadores inmunológicos a través de una muestra de sangre.

Comparando los puntajes de las dos evaluaciones, se encontró que los niveles de intensidad del estrés, la angustia y ansiedad, la disfunción social y la somatización aumentaron significativamente. Paralelamente, se observó una disminución significativa en los linfocitos T (T8 y T activados) en las células NK y linfocitos totales, lo cual supone una inmunosupresión del sistema de defensa (Estrés y Psiconeuroinmunología).

Los análisis de correlación entre las variables psicosociales e inmunológicas en el período de alta demanda académica mostraron relaciones positivas significativas entre la intensidad del estrés, la somatización y la depresión con el porcentaje de neutrófilos, leucocitos totales, células CD8 e interleukina, así como una relación negativa con el número de linfocitos T activados, lo cual sugiere un desajuste en el funcionamiento del sistema inmune de los estudiantes asociado a mayores niveles de estrés y deterioro de la salud mental. Resultados como éstos apoyan los hallazgos en el campo de la psiconeuroinmunología (ciencia que estudia la relación que existe entre el estrés y los factores psicosociales).

¿Cómo cortar los círculos viciosos del estrés y sus consecuencias?

Cierta tensión en la vida es necesaria y deseable, que sin ella el ser humano no tendría empuje ni iniciativa. Por lo tanto se debe afinar las cuerdas del violín para que la melodía sea apropiada para el tipo de vida personal. Las modificaciones de los procesos nerviosos y hormonales producidas por el estrés, junto con sus consecuencias pueden ser controladas por 3 mecanismos básicos:

• Modificación de la conducta emocional.
• Modificación del estilo de vida.
• Terapia Farmacológica y/o médica especializada.

Con las modificaciones del estilo de vida, se busca moderar la respuesta psico- fisiológica al estrés tratando de reducir por distintos caminos los neurotransmisores y las catecolaminas circulantes en la sangre. Desde hace muchos años los médicos aconsejan la realización de actividades físicas porque produce un efecto antidepresor y favorece la función cardiaca. Los programas de modificación de los factores de riesgo o de rehabilitación cardíaca demostraron que la actividad física programada, libre o supervisada mejoraba la capacidad funcional y la eficiencia cardiaca, disminuía la demanda de oxígeno, aumentaba la densidad de los huesos, reducía las grasas como triglicéridos y el colesterol, disminuía la presión arterial y reducía la formación de coágulos sanguíneos. También producía una mejor tolerancia al estrés, menor depresión y ansiedad. Una mejor calidad de vida.

Con respecto a la intervención psicosocial y conductual, las vías de investigación e intervención son variadas y sorprendentes e incluyen ejercicio, dietas, música, yoga, psicoterapia y otras. Lo importante es que médicos, trabajadores de la salud y pacientes comprendan que:
1. Los efectos indeseables del estrés son reales.
2. La psiquis y el Sistema Nervioso Central del individuo tienen un poder de dos vías: pueden modular y optimizar la respuesta inmune así como suprimirla y desordenarla.
3. El estrés es universal y está presente en todas las actividades humanas y que las buenas relaciones humanas y el soporte social son importantes antagonistas que reducen los efectos del estrés.

El estrés está asociado a factores psicosociales, el estudio de esta vinculación ha interesado a diferentes especialistas (psicología y medicina), de ahí nace la psiconeuroinmunología, donde se le da respuesta a la interacción que existe entre ellos (Estrés y Psiconeuroinmunología).

Estrés y factores Psicosociales – Psiconeuroinmunologia

Los efectos del estrés sobre la inmunidad parecen ser mediados por vía de factores endócrinos, ya que hormonas, neurotransmisores y neuropéptidos pueden interactuar con los componentes celulares del sistema inmune. En resumen, las evidencias experimentales y clínicas sugieren una relación funcional entre estrés, inmunidad y enfermedades. Existen razones convincentes tanto psicológicas como biológicas para explicar cómo determinados factores pueden influir en las enfermedades en que interviene el sistema inmune. Algunas evidencias demuestran que el estrés y la depresión pueden influir en el cambio de indicadores celulares y humorales del estado inmune, sin embargo pocos estudios se han realizado en humanos, sobre todo por los pocos años de evolución de esta rama de la ciencia médica (Estrés y Psiconeuroinmunología).

La psiconeuroinmunología representa la ciencia transdisciplinaria que investiga las interacciones entre el cerebro (mente/conducta) y el sistema inmune y sus consecuencias clínicas. Conocida comúnmente por el nombre de psiconeuroinmunología «PNI». El Psicólogo Robert Ader inventó el término a fines de la década del 70.

Sus aspectos clínicos surgen desde el entendimiento de los mecanismos biológicos subordinados por la influencia de factores psicosociales sobre el comienzo y curso de las resistencias inmunológicas y hasta el entendimiento de la inmunología generadas en síntomas psiquiátricos. Esto son básicamente los aspectos científicos que involucra el entendimiento del complejo y la interacción de la neuroendocrinología y la inmunología generadora de redes en el mantenimiento de la salud y combatiendo enfermedades (Estrés y Psiconeuroinmunología).
Para combatir las enfermedades, la Psiconeuroinmunología debe proveer básicamente el conocimiento de la dinámica biológica de la medicina humana y alternativa o técnicas médicas complementarias, ofrece también desarrollar nuevos modelos no lineales de salud y enfermedad.

Por su singularidad, la psiconeuroinmunología, es un puente para las disciplinas tradicionales de psiquiatría, psicología, neurología, endocrinología, inmunología, neurociencias, medicina interna, incluyendo también la cirugía (cicatrización de heridas).

La colaboración interdisciplinaria es generalmente esencial e intrínseca para su investigación. Dado que el sistema nervioso central y el sistema inmunológico tienen íntimas uniones, las perturbaciones en un sistema, se reflejaría en el otro. Algunos de éstos pueden tener implicaciones para la salud física, involucrando en conjunto la salud mental y la salud física (Estrés y Psiconeuroinmunología).

Hacia los Nuevos Modelos de Salud y Enfermedad

Puede verse la salud como la capacidad del organismo de regular su propio comportamiento y fisiología y coordinar los modelos de respuesta a los desafíos ante los cambios. Los dos sistemas están mediados por el ambiente, el sistema nervioso central y sistemas inmunológico comunicados entre sí y, como se ha expresado puede verse como un solo sistema integrado para la adaptación y defensa. Psiconeuroinmunológicamente se están disolviendo el dualismos de mente-cuerpo, cuerpo-ambiente e individuo-población.
Comprendiendo que se ponen en correlación el estado del cuerpo con los significantes experimentados corporales en el individuo, los pacientes experimentan en su cuerpo nuevas formas de expresión.

El conocimiento somático es semejante a la visión psicológica, y cada uno tiene un rol en el mantenimiento de la salud física y mental (Estrés y Psiconeuroinmunología).

Los pacientes pueden comprender que el cuerpo que él o ella presentan para el tratamiento, es un cuerpo mental/somático, de experiencia significativa, y es influenciado por su propia sensibilidad. La psiconeuroinmunología (PNI) no sólo debe ayudar a entender la patofisiología y la psicofisiología de la enfermedad en más de un sistema de orientación teórica, sino que debe valorar también la relación médico – paciente y el propio rol del paciente en la superación de la enfermedad y mantenimiento de la salud. Así, la psiconeuroinmunología mantiene una base científica para la práctica de la medicina humanística.

En base a esto, se ha descubierto que:
• El apoyo social puede mejorar los efectos del estrés.
• Los desastres naturales pueden haber prolongado los efectos de la inmunidad.
• El ejercicio puede afectar la inmunidad positivamente o negativamente.
• El ejercicio aeróbico intenso aumenta temporalmente la cantidad de células NK y su actividad, por lo que fortalece el sistema inmune (Estrés y Psiconeuroinmunología).
• Concluido el entrenamiento sin adecuados períodos de descanso y recuperación puede disminuir las funciones de células NK y T y aumentar la incidencia de enfermedades infecciosas.
• Varios estudios han demostrado una asociación entre la inactividad física y el riesgo de cáncer de colon, experimentos en animales con tumores tienden a demostrar que hacer ejercicio reduce la carga del tumor.
• Incluso el ejercicio moderado en personas mayores muy frágiles pueden reducir las funciones de ambas células NK y T, contrariamente a los efectos de ejercicios, moderando la resistencia en forma creciente a enfermedades infecciosas (Estrés y Psiconeuroinmunología).
• El ejercicio y la alimentación controlada aumenta la esperanza de vida demostrado en estudios con animales.
• La combinación de ejercicio y la restricción de comidas severa encontrada en pacientes con anorexia lleva (como en los animales experimentales) a la inmunosupresión.

La salud del individuo es un proceso complejo sustentado sobre la base de un equilibrio entre factores biopsicosociales. Lograr que cada individuo se adapte a su medio implica la mantención de la adecuada sincronización de las funciones de los sistemas de su organismo y en caso del surgimiento de un desbalance, esta adaptación depende del restablecimiento de ese equilibrio. Si el desbalance es muy grande, generalmente hay necesidad de acudir a un especialista terapeuta, mientras más traumática sea la lesión, más urgente será acudir tanto a la medicina convencional como a la tradicional. En la enfermedad se afecta tanto el cuerpo como la mente y ante todo debemos aceptarla y cada cual debe tomar la dirección y responsabilidad de su salud (Estrés y Psiconeuroinmunología).

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