El estado de conciencia de los que solicitan curación: Curación II

El estado de conciencia de los que solicitan curación

El estado de conciencia de los que solicitan curación. En Curación I consideramos en parte el estado de conciencia necesario para la curación. En esta nota consideraremos el estado de conciencia evidenciado por aquellos que generalmente solicitan curación. Son muchos y variados, pero consideraremos por ahora solo los más predominantes y los que el discípulo es más probable que se encuentre.

 El estado de conciencia de los que solicitan curación

El estado de conciencia de los que solicitan curación

El estado de conciencia de los que solicitan curación:

1. El probacionista

El mayor porcentaje de los probacionistas sufren enfermedades producidas en gran medida como
resultado de karma precipitado, y a es a menudo el resultado de incorrecta experimentación. El discípulo
debe primero asegurarse de cual de las dos causas es responsable de la condición y actuar en
consecuencia.
Les hablaré brevemente sobre el karma, porque es un concepto muy poco comprendido y por lo
tanto causa de mucha confusión. Karma es un término dado para cubrir la Ley de Acción y Reacción.

Cada acto debe producir su reacción, y por lo tanto la tiene.

Aún lo qye he llamado incorrecta experimentación produce karma, pero será de naturaleza impersonal y por lo tanto requiere métodos algo diferentes de curación. El discípulo debe encontrar la causa kármica responsable de la condición manifiesta si ha de prestar algún servicio real a su hermano necesitado. Debe conocer la naturaleza del karma y la lección ha se aprendida de esa manera. Abordaré este tema del karma conmayor profundidad en la siguiente lección.
Debe recordarse que un hombre se define como probacionista cuando consciente o inconscientemente
se ha acercado al sendero y está en el proceso de decidir si está listo o no para ese sendero.

Puede muy bien que no esté listo, y si esto es así, le será imposible al discípulo efectuar una curación.

El sendero mismo se caracteriza por aspiración consciente, mientras que la etapa anterior se
caracteriza por el deseo. El probacionista está buscando, pero está motivado por el propósito egoísta.
Representa cierto estado de conciencia caracterizado por:
a. su infelicidad y sufrimiento
b. su insatisfacción con la vida en general
c. su falta de visión
d. su capacidad para percibir algo más valioso que sus propias manifestaciones.
En otras palabras, a pesar de que pueda encontrarse egoístas, resentido, etc., es por lo general
consciente de ello y anhela algo más refinado. Sufre de complejos de culpa.

Este hombre tendrá muchos potenciales, algunos de los cuales podrán haber sido o no desarrollados parcialmente.

Siempre sus relaciones son incorrectamente interpretadas, sus sentido de los valores desplazados y
sus ideales distorsionados.
Dependerá del grado de distorsión con respecto a sus ideales si está listo o no para el sendero, y de
esto el discípulo debe asegurarse. ¿Una responsabilidad? Sí, hermanos míos, una gran responsabilidad
cuando se dan cuenta de que no deben juzgar a otro, una contradicción aparente. No se sientan
a juzgar a su hermano, ni determinar para él que sendero debe transitar. Les incumbe dejar que
sea su propio juez, quien determine su propio camino, y luego deben estar satisfechos de aceptar su
decisión (El estado de conciencia de los que solicitan curación II).

Una regla muy dura, y aún así el discípulo debe regirse por ella. Vean que entienden esta
regla y que nunca fuerzan sus convicciones sobre otro.

Luego, ¿cómo se aseguran si está el probacionista listo o no para entrar al sendero? Sonsacándole,
dejando que él les diga, y hará esto al revelar sus ideales. La vida de deseo es realmente el deseo del
Alma reflejado en el cuerpo astral. Esa vida de deseo o ideal puede ser una distorsión tal que sea
aún necesario para el Alma degustar más del sendero de la experiencia. Si el probacionista se haya
aún tan rodeado por la niebla de la ambición, el orgullo, los celos, el resentimiento, etc., que su ideal
esté coloreado completamente por ella, entonces el discípulo solo puede amarle, bendecirle y enviarlo
a su camino, sabiendo que manifestará su mayor bien (El estado de conciencia de los que solicitan curación II).

Hasta que el discípulo haya aprendido a amar impersonalmente sin apegos, esta es una cosa difícil de hacer; porque según mira en la vida de deseo del probacionista, verá y conocerá la experiencia que debe manifestarse según se precipita el karma.

Cuando el discípulo puede ver brillando a través de la niebla astral la clara luz de la comprensión,
aunque no sea sino una chispa, sabe que el probacionista probablemente aceptará la curación.
Aunque pueda existir orgullo, ambición, etc., en gran medida, si puede verse que el ideal refleja alguna
comprensión de los valores básicos, entonces el discípulo puede proceder con el método indiciado
por la condición. Con tales métodos trataremos después (El estado de conciencia de los que solicitan curación II).

2. El aspirante

Este estado de conciencia es algo difícil de determinar y por lo general difícil de manejar. A menudo
el aspirante mismo no es totalmente consciente de que es un aspirante, o más a menudo un probacionista
piensa que es un aspirante. He dicho en lecciones anteriores que no todo estudiante
puede ser llamado aspirante. Un aspirante es alguien que ha entrado en la Sala de aprendizaje y
que está en proceso de hacer lo que para él es un gran sacrificio. Esta deliberadamente y con gran
coste aparente, eliminando aquellos rasgos de la personalidad que puede ver que niegan la expresión
del Alma. Es consciente de la dualidad, porque los pares de opuestos le proveen del conflicto.

Enumeremos los opuestos más obvios para mejor comprensión:

Alma Personalidad
Vida Muerte
Amor Odio
Valor Miedo
Compasión Crueldad
Inofensividad Ofensividad
Desinterés Egoísmo
Humildad Orgullo
Correcto Incorrecto

Estos, entre muchos otros, son los opuestos con lo que se afronta el aspirante.

Es aún principalmente una personalidad, pero está aspirando al Alma. Su ideal es tal que siempre se ve confrontado con la decisión. Sabe lo que para él constituye la acción correcta o equivocada, y entre ellas debe elegir. Los deseos de la personalidad están en constante conflicto con sus aspiraciones, y como resultado es un estudiante confuso y perplejo con mucha incomodidad. Ningún estudiante puede ser
llamado aspirante a menos que se se imponga a si mismo esas medidas disciplinarias, honestamente
y con humildad. Ha entrado conscientemente en el sendero y los está transitando. Para mayor
comprensión de esta etapa del camino, les aconsejaría que estudiasen el “Bhagavad Gita”.

Este estado de conciencia se caracteriza por:

a. su conflicto con los pares de opuestos como resultado de la aspiración
b. su confusión con respecto a motivaciones, propósitos, etc.
c. sus sacrificios
d. sus muchas fluctuaciones entre éxtasis y depresión, dolor y placer, etc.
e. sus psicosis.

Si, todos los aspirantes han desarrollado alguna psicosis definida o tienen tendencias psicóticas.

Puede deducirse fácilmente de lo anterior que casi toda enfermedad experimentada por el aspirante
es de naturaleza psicótica. Le será necesario al discípulo descubrir la causa kármica del problema,
pero usará métodos psicoanalíticos para hacerlo. Con estos trataremos luego.

3. El discípulo

Este estado de conciencia es fácil de determinar para el verdadero discípulo, porque todos los discípulos
se conocen y se reconocen inmediatamente unos a otros. Muchas veces he definido este estado
de conciencia para ustedes; sin embargo para una mayor claridad lo haré de nuevo.
Un discípulo es alguien que es consciente de si mismo como Alma, y aspira al Cristo. Conoce su
identidad, aunque puede no haber desarrollado una conciencia plena de aquello que reside en la
conciencia del Alma (El estado de conciencia de los que solicitan curación II).

Ha reconocido su karma de servicio y está en proceso de ajustarlo.

Todos los discípulos sirven; por lo tanto si uno piensa de si mismo que es un discípulo y no está conscientemente involucrado en el servicio, se engaña a si mismo. Puede estar cerca del discipulado, pero no ha dado aún ese paso inicial que le da los derechos y las prerrogativas de un discípulo. Piensen en esto, es importante.
Un discípulo es quién ha entrado a la Sala de la Sabiduría y esta absorbiendo comprensión universal.
Tanto la cabeza como el corazón se utilizan con igual facilidad. Ningún discípulo está o en el
sendero de la cabeza o en el sendero del corazón (El estado de conciencia de los que solicitan curación II).

Los dos senderos se han fusionado y la cabeza y el corazón operan al unísono en beneficio de todos. El discípulo no es ni un ocultista ni un místico.

Este el resultado de haber sido ambos como aspirante. Su conocimiento, su comprensión es universal
y no está limitado al ocultismo o al misticismo. Piensen en esto, es importante.
Existen varias etapas del discipulado que explicaré para su comprensión. Hablaré en términos muy
generales y amplios que puede ser luego completados según crezca su comprensión.

a. El nuevo discípulo

Es el aspirante que recién ha reconocido su identidad, ha reconocido su necesidad de servir y está asumiendo su karma de servicio, entre en esta categoría. Ha tomado la Primer Iniciación y está en proceso de tomar la Segunda. La personalidad está sufriendo la purificación que precede a la infusión del Alma. Esta purificación cubre necesariamente un largo periodo de tiempo, durante el que el discípulo está dentro y fuera de la encarnación. En un sentido, la purificación no es sino el comienzo de esa purificación caracteriza todo el Sendero de Iniciación. Reconoce su karma de servicio como la necesidad de llevar Ley y Orden divino a su entorno (El estado de conciencia de los que solicitan curación II).

Para todos aquellos que comprenden, comienza a trabajar con el Séptimo Rayo de Ley y Orden, las síntesis de todos los Rayos reflejados en la forma.

Se encuentra aún muy involucrado con los pares de opuestos, pero sus motivaciones evidentes son
menos egoístas. Se disciplina a si mismo más a partir del servicio a los que le rodean que a partir
del deseo de logro. Habrán notado que he dicho motivaciones evidentes. Sus pares de opuestos son
mucho mas sutiles que los del aspirante, porque conscientemente está motivado por un deseo sincero
de servir. Al mismo tiempo es confrontado con una parte de si mismo que no sabía que existía.
En el mismo seno de su amor y humildad, se levantan el orgullo, el resentimiento, etc. enterrados
para derrotarlo. Es forzado a conquistarlos antes de continuar el sendero.

Sus enfermedades son muy similares a las del aspirante, aunque por lo general son de una naturaleza más violenta o arraigada.

b. La segunda etapa del discipulado

Esto ocupa el periodo en que le discípulo ha conquistado la parte más obvia de su naturaleza inferior
(el resultado de la encarnación actual) con sus distorsiones naturales debido a la cultura, sistema
educativo, etc. y se afronta ahora a los restos de encarnaciones pasadas. Habrá encontrado a su
Maestro, su grupo de trabajadores subjetivos, su grupo en el plano físico, y su vida laboral de servicio.
Se habrán realizado la mayoría de sus ajustes al entorno, y su preocupación será disciplinar su
instrumento para el servicio elegido como la nota clave de la encarnación actual.

No se ahorrará ningún esfuerzo de la personalidad para llevar a cabo ese trabajo.

Habrá tomado la Segunda Iniciación y está en proceso de tomar la Tercera sus enfermedades serán el resultado de un equipo defectuoso, errores cometidos en el servicio, y ajustes kármicos incompletos en la personalidad (El estado de conciencia de los que solicitan curación II).

c. La tercera etapa del discipulado

Esta etapa cubre la del Iniciado de Tercer Grado y superior. El discípulo estará libre de todos los lazos
ambientales, bien introducido en ese karma de servicio que será la nota clave de todo el sendero,
y estrechamente relacionado con su Maestro y sus colaboradores.
Sus enfermedades serán el resultado de karma nacional, racial y mundial, equipo defectuoso o dirección
errónea de las energía recibidas.

Los métodos de curación para todos los discípulos seguirán ciertas líneas:

a. meditación dirigida
b. procedimientos psicoanalíticos superiores
c. transmutación
d. aceptación completa
Aclararé todos estos métodos en lecciones posteriores.
Salta a la razón de que los discípulos son los más fáciles con los que trabajar, más que aquellos de
menor evolución porque son capaces de cooperación. Trabajarán con el otro, reconociendo su cooperación como un servicio, porque su curación es una lección para el hermano ayudante.

Es verdad sin embargo, dado que las causas de de sus dificultades son más sutiles, que su enfermedad es a menudo de más larga duración y algunas veces imposible de curar en el vehículo actual. Debido a que su visión cubre mucho más de la eternidad que la de los demás, esto es aceptado con Sabiduría y el servicio continúa a pesar del hándicap.

Fuente:

–Curación- Lucille Cedercrans (El estado de conciencia de los que solicitan curación II).

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