Diccionario de Filosofia Alquímica de Kamala-Jnana Libro Para Bajar

Diccionario de Filosofia Alquímica de Kamala-Jnana Libro Para Bajar

Diccionario de Filosofia Alquímica de Kamala-Jnana Libro Para Bajar. Un diccionario con todo lo necesario para comprender la vía breve del cinabrio, de Kamala-Jnana, un alquimista contemporáneo de finales del siglo XX que produjo la piedra de los sabios a través de dicha vía alquímica.

Diccionario de Filosofia Alquímica de Kamala-Jnana Libro Para Bajar
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Diccionario de Filosofia Alquímica de Kamala-Jnana
Libro Para Bajar

INTRODUCCIÓN

El azar es un gran maestro. ¿Quién podría negarlo ante la historia que me ha acontecido?
Ayer, para empezar, mis asuntos decaían del mismo modo que mi estado de salud y consideraba la posibilidad de cerrar las puertas de mi establecimiento, cuando la providencia me abrió de pronto los
brazos. Bruscamente ella me encargó una misión totalmente inesperada y me consagró de alguna manera como “editor místico”.

He aquí cómo sucedieron las cosas:

El 29 de noviembre de 1959, mientras pasaba el rato vagueando ante mi tienda, en la pequeña ciudad de A…, y cuando me disponía a subir dificultosamente una calle bastante empinada, el chirrido
estridente de una rueda mal engrasada me hizo volverme. Era un pobre hombre muy mayor, era un trapero vagabundo enganchado a un carro lleno de sacos reventados y de papeles sucios que se disponía él también a subir la cuesta. Un instante se paró para coger aliento, y volvió a reanudar el paso. A sus costados dos perros parecían ayudarle a tirar del carro. Pero no había dado ni tres pasos cuando el ancianovolvió a pararse. Sus miembros temblaban muchísimo y sudaba a la gota gorda a pesar de la estación fría (Diccionario de Filosofia Alquímica).

Esta escena me llenó de compasión y de tristeza; así que tan pronto como volvió a reemprender la marcha, algo me empujó a ayudarle y me bajé de la acera y me puse a tirar del carro con él.

Así que le ayudé a franquear los cien metros de cuesta. El buen anciano se vio abrumado por esta ayuda providencial. En suma este gesto mío natural pareció sorprenderle en grado máximo; y este gesto irracional y espontáneo fue la partida de un raudal de conocimientos de los que vosotros vais a salir beneficiarios. Una vez llegados al final de la calle, cuando me apresuraba a ir hacia mi coche que se encontraba no lejos de allí, el anciano me llamó con una voz entrecortada: “¡eh, señor!”.

Yo me acerqué hacia él.

– El “Pêre la Taupe” (el Tío Topo) le da a usted las gracias; es la primera vez que es ayudado por un burgués; sin embargo he pululado por todos los lugares de Francia. Ayer cumplí 93 años.
De bastante mala gana, lo confieso, yo balbuceaba que mi gesto no tenía nada de extraordinario y que estaba persuadido de que viéndolo de esa manera tan penosa subir la cuesta, la primera persona
que pasara por ahí hubiese hecho lo mismo.

– Oh, qué va, yo sé que nadie jamás me ha ayudado y sé que es más fácil dar un billete o una moneda a un desgraciado que hacer ungesto como el que usted ha tenido conmigo… déjeme mirarle, usted debe estar hecho de otra pasta que los demás (Diccionario de Filosofia Alquímica).

Sus ojos vivos, negros, brillaban como escarabajos, me penetraban cuando me miraban fijamente con agudeza; y yo tenía ese sentimiento de ser despojado enteramente de todos mis pensamientos.
Bruscamente me dijo: “A usted deben de gustarle las cosas antiguas, los galimatías y los enigmas”.

– Sí, exactamente tengo esta manía, me gusta leer los viejos textos y, a veces, encuentro historias o recetas verdaderamente sabrosas e inclusive inverosímiles (Diccionario de Filosofia Alquímica).

– ¿Tiene usted la tarde libre?
Sorprendido por esta pregunta inesperada, balbuceé: “Sí… no… bueno, podría tener el tiempo libre si hiciera falta”.

– Pues bien si le apetece, instálese usted en alguna parte y podrá tomar las notas que quiera sobre un libro que voy a pasarle.

En estas, metió la mitad del cuerpo en un uno de los sacos de papeles y sacó una caja metálica de galletas. Deshizo el nudo de la cuerda que la tenía cerrada, la abrió y sacó un libro de aspecto
venerable, cubierto por un pergamino grueso, basto, amarillento, acartonado y ennegrecido por las huellas del fuego, así como un paquete de películas fotográficas.

– Este libro, dijo, es un regalo de Pierrot, un viejo amigo mío que murió hace tan apenas unos meses. Sus padres eran gente de bien. Su hermano Juan, muerto un poco antes que él, era un sabio; él escribía libros con máquina de escribir y hacia montones de experimentos. Había viajado mucho y parece ser que había formado parte de una sociedad secreta. Pierrot me había hablado frecuentemente de su hermano al que veía de cuando en cuando. Es él quien ha escrito este libro (Diccionario de Filosofia Alquímica).
Me lo entregó. Yo lo abrí. El interior no estaba viejo. Era una recopilación de hojas mecanografiadas que habían sido cosidas juntas. A decir verdad parecía que eran cinco obras, como se podría
juzgar por las diferentes separaciones encuadernadas seguidas por nuevos Prefacios. En el interior se podían ver alfabetos hebraicos, así como dibujos, fotos en color, mapas, etc (Diccionario de Filosofia Alquímica).

Leí con avidez aquí y allá y todo me pareció de un enorme interés.
Además de que sin duda había un restablecimiento de los Textos Sagrados perdidos, parecían interpretar estos textos alquímicamente. Al cabo de cerca de diez minutos, le devolví su manuscrito.

– ¿Vuestro amigo o su hermano lo ha hecho imprimir?

– No, el hermano de Pierrot murió en accidente al regreso de un viaje, algún tiempo después de acabar de escribirlo.

– Su libro ciertamente tiene gran valor pero yo soy incompetente en hebreo y en alquimia. Con mucho gusto habría tomado notas, pero como la obra está formando un todo, los fragmentos cogidos de un
lado y de otro, no significarían nada. Si un día usted debiera separarse de esta obra no la deje usted rodar por las librerías. Su carácter inédito sería a considerar.
Cuando dije estas palabras me interrumpió:

– Así que este manuscrito os interesa, es inédito, vale caro… ¿y usted me lo dice? Pues bien, tiene usted razón; este documento que Pierrot llamaba su “PENTATEUCO”, yo no sé por qué, es único.
Mire, puede ver que bajo el nombre pone ADEPTO DEL TEMPLO ALQUÍMICO AMENHOTEP IV, y quiere decir que Juan DELEUVRE había encontrado el secreto de los Alquimistas Egipcios del tiempo de MOISÉS; y le puedo decir que es verdad, porque Pierrot ha visto a su hermano transformar el plomo en oro. ¡Oh!, él sólo obtenía un poco cada vez, algunos gramos solamente, pero eso no impedía que lo obtuviera de todos modos. Por eso Pierrot tenía escrúpulos de destruirlo; sin duda hacía falta que yo lo encontrara a usted… como él hubiese dicho. Tenga, copie usted lo que quiera.

– Gracias, sería un trabajo engorroso e inútil pero yo soy feliz al saber que la Gran Obra tan descrita, y que yo me creía a medias, no era ni un mito ni una quimera. Crea usted que me ha devuelto multiplicado por cien el auxilio que yo haya podido aportarle a usted (Diccionario de Filosofia Alquímica).
Eran las 14:30 horas (Diccionario de Filosofia Alquímica).

– Sabe usted, me gusta usted muchísimo, este libro es un depósito sagrado y cuando yo pienso en Pierrot no puedo dejar de entristecerme porque era un personaje verdaderamente increíble. Él era un vagabundo, pero en el fondo no lo era; jamás lo oí jurar, jamás lo vi robar; y sin embargo el buen DIOS nunca lo recompensó. “Tío Topo (Père la Taupe) – como él me llamaba – ya verás cómo mis riñones me jugarán algún día una mala pasada. Ya hace varios días que me retuerzo de dolor al orinar”. Así, un día que se retorcía más que de costumbre y se obstinó en no ir a la casa de socorro, me cogió aparte y me dijo: Tío Topo (Père la Taupe) tú siempre has sido un hermano para mí; me gustaría que conservases cuidadosamente mi libro.

Él encierra un gran secreto. Yo te lo puedo confiar. Es mi más preciado tesoro. Procede de mi hermano Juan, tú lo conoces, y él era un hacha, un experto en filosofía hebraica, un gran filólogo. A la vez era un
gran cabalista. Júrame, mi viejo Topo, que no te separarás jamás de él o que si no lo quemarás. Ya ves, yo tengo como escrúpulos de destruirlo yo mismo, pues no es posible que el buen DIOS me haya
hecho encontrar este gran tesoro para que desaparezca sin haber servido a nadie”.
“Naturalmente todo esto lo dijo gimiendo y a veces entre hipos. Conmovido yo le juré que jamás me separaría de él. Entonces exhaló como un suspiro de alivio y su cabeza mojada de sudor se bañó de
luz… de modo que yo miré por si un crío jugaba con un espejo.

Pero no, no había nadie y estaba lloviendo. De repente, sin decir nada, se persignó, balbuceó algunas palabras ininteligibles y murió en mis brazos mirando al cielo y sonriendo. “Su libro, señor, yo lo he leído muchas veces, pero no he comprendido nada, sin embargo el instinto me ha hecho pensar que tenía grandes virtudes.

– Su historia es conmovedora, Tío Topo (Père la Taupe), pero para reproducir un manuscrito tal habría que trabajar por lo menos cinco días sin parar, porque su valor reside justamente en juntar todas sus
partes. Mirad lo que dice el autor en su prefacio del Siphra de Tzéniutha : “…nosotros hemos decidido descomponer nuestra obra en cuatro partes y estas cuatro partes son inseparables para la
comprensión del todo” (Diccionario de Filosofia Alquímica).

– Sí, ya sé, pues bien, yo os tomo confianza y Pierrot lo aprobaría sin duda desde lo más Alto. Coja este manuscrito, cópielo entero y devuélvamelo aquí la semana próxima.
Yo estaba a mi vez boquiabierto (asombrado).

– ¿Así que me confía usted este libro y no me conoce usted de nada?

– Yo no, pero el buen DIOS seguramente sí. Ande y no pierda usted el tiempo.

Así que cogí el libro dándole las gracias, pero me sentí obligado a mostrarle, sin embargo, mi identidad.
Siete días pasaron y yo volví a A… El Tío Topo (Père la Taupe) estaba allí. Cuando me vio llegar, se levantó. Yo había copiado todo íntegramente y había incluso fotografiado algunos pasajes hebraicos,
los dibujos, los textos y los mapas (Diccionario de Filosofia Alquímica).

– Tío Topo (Père la Taupe) he aquí su bien preciado. Había aprovechado a la vez para ofrecerle medio pollo, algunos sándwichs de pan de miga y una botella de vino tinto; todo acompañado de un billete azul y de un paquete de tabaco para su pipa.

– ¡Oh! Cuánta bondad, muchas gracias, yo estoy satisfecho… y mi libro ¿le ha gustado?

– Las cinco recopilaciones son formidables. Me he relevado con mi mujer para escribirlos a máquina. Nosotros lo mecanografiábamos inclusive durante una parte de la noche… pero,
dígame ¿quién es KAMALA JNANA?

– Es Jean DELEUVRE, el hermano de Pierrot. KAMALA era su nombre de Adepto; le fue dado cuando fue admitido como alquimista en el TEMPLO Egipcio. “Ya ves, me decía Pierrot, si yo fuera rico,
publicaría este libro y haría una introducción elegante. Lástima que yo no sepa hacer las operaciones del magisterio”.

– ¿Así que su amigo quería publicar su libro?

– Sí, era su hermano. No cesaba de repetirle: “La hora ha llegado”; él quería imprimirlo.

– Pues bien, si usted me lo permite yo publicaré un día juntos los cinco íntegramente, sin cambiar una coma. Ahora bien, como este tipo de obras se publica siempre bajo un seudónimo, yo firmaré la INTRODUCCIÓN con el nombre de vuestro amigo para honrar su memoria.
A estas palabra el Tío Topo (Père la Taupe) gimió : “¿Qué ha dicho usted? que va a publicar este libro y que lo firmará como Pierre DELEUVRE… ha dicho esto… La IRMA lo había dicho”.
– ¿Qué dice usted?
La IRMA, una vieja amiga nuestra, extra lúcida en algunos momentos decía: “Pequeño, como ella llamaba a Pierrot, tu escribirás ciertamente un libro, pues veo tu nombre impreso sobre una hermosa tapa” Desde entonces soñaba con ello Pierrot (Diccionario de Filosofia Alquímica).

Sin embargo, tras estas palabras, el Tío Topo (Père la Taupe) se mostró preocupado. Cogió un papel, un tintero y escribió concienzudamente sacando la lengua. Durante unos instantes, dejó secar las líneas, después, sacando un documento de una caja, lo colocó sobre un papel de periódico con su escrito. Cuando hubo plegado todo, me dio el paquete. “He aquí algo que le podría ser útil.
Métaselo en el bolsillo”. Yo obedecí como un autómata. En mi casa constaté que el Tío Topo (Père la Taupe) me había cedido todos sus derechos de propiedad sobre los manuscritos (Diccionario de Filosofia Alquímica).

¿Qué decir más? Que después de haber charlado un momento más, el buen anciano volvió a zambullirse en su carro y sacó nuevamente un voluminoso paquete.

– Tenga, me dijo, yo puedo daros esto, forma parte de la herencia de Pierrot; contiene libros viejos que le apasionarán:

– LA SOMME de GEBER,
– Nicolas Flamel,
– LE CREDO,
– LES TAROTS ALCHIMIQUES,
– L’APOCALYPSE DE SAINT-JEAN ALCHIMIQUE,
– LES DIX ARCHIDOXES DE PARACELSO

Y otros dos, de los cuales no recuerdo el nombre. Llévese todo, y preste atención de no perder las películas fotográficas que he adjuntado (Diccionario de Filosofia Alquímica).
Me pareció que la voz del Père la Taupe se había puesto a temblar. Mi emoción era intensa. Hoy incluso, sería incapaz de indicar cuáles fueron las últimas palabras, y cómo nos despedimos. Bueno,
como quiera que fuese, nada podrá hacerme olvidar estos instantes pasados con el Tío Topo (Père la Taupe).

Cuántas lecciones me habían sido dadas en tan poco tiempo: lecciones de sabiduría, de fidelidad, de amistad póstuma, de gratitud y de tacto.

Que el cielo lo proteja y lo asista. ¿Dónde está ahora? ¿Sobre qué carretera de Francia arrastra hoy su carro chirriarte? ¿Posee todavía los manuscritos? ¡Cuantos misterios!
Su misión ha concluido, la mía se ha cumplido. Esta recopilación debe aparecer, ya que una promesa ha sido hecha. Que el Eterno (como hubiese dicho Jean DELEUVRE) coloque esta obra en la mano
de los predestinados y de los ELEGIDOS. El cielo ayuda siempre a los que tiene el corazón puro y se alían con ÉL. Desde ahora, ni una línea más será escrita por mí. Que cada lector reciba la iluminación que merezca y que este libro plasme sobre la tierra la palabra de CRISTO :

Et verbum caro factum est. Pierre DELEUVRE (Diccionario de Filosofia Alquímica).

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www.libroesoterico.com/biblioteca/hermetismo_y_alquimia/Kamala-Jnana%20-%20Diccionario%20De%20Filosofia%20Alquimica.pdf

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