Oraciones y fórmulas Por el Maestro Beinsá Dunóv

Oraciones y fórmulas Por el Maestro Beinsá Dunóv

Oraciones y fórmulas por el Maestro Beinsá Dunóv. Como siempre su palabra es una brisa fresca para nuestro espíritu. Una luz de conocimiento que nos abre las puertas a nuevas percepciones de la realidad y el espíritu.

Oraciones y fórmulas Por el Maestro Beinsá Dunóv
Oraciones y fórmulas Por el Maestro Beinsá Dunóv

Oraciones y fórmulas Por el Maestro Beinsá Dunóv:

La oración eleva las vibraciones del alma humana, y así el hombre se vuelve invulnerable para las influencias más inferiores que hay alrededor de él. La oración es comunicación con Dios, respiración del alma y expresión de una gran armonía, solo ella tiene la fuerza de quitar esta brutalidad que existe en el mundo.

“¡Señor, vállame con Tu luz y guárdame de toda fuerza impura, enviándome un espíritu radiante y fiel que me enseñe la verdad, por lo que anhela mi alma!”
“Señor, cualquier cosa que me ocurra, transfórmala en bien.”

La oración es para facilitar, para que no perdáis la vida que tenéis. La oración es para que no perdáis el sentimiento que tenéis en el corazón y el pensamiento que tenéis en la mente. La oración es un sustento.

En vuestro cerebro, se puede acumular tal energía inferior que puede matar a alguien. Hoy acumuláis, mañana acumuláis tal energía, y un día en vosotros nace un deseo criminal. Por eso os digo que en cada momento estéis en conexión con Dios, porque por doquier hay tales criaturas obscuras que están al acecho para hacer cualquier mal a quien sea. La oración es poner una muralla alrededor de sí.

Cuando estás expuesto a escasez, a pruebas, vuélvete a Dios con las palabras:

“¡Señor, Tú, que tienes cuidados aún de las almitas más pequeñitas, Tú, que muestras hacia ellos Tu benevolencia, muéstrame también a mí como a una mosquita pequeña Tu benignidad y ayúdame en este momento difícil!”

Esta es la verdadera oración, que en todas las contradicciones que encuentras en tu vida, que digas: “¡Señor, que sea Tu voluntad! ¡Señor, dame más luz, para que entienda Tu voluntad y para que pueda cumplir aquello que Tú quieres de mi!”

Orad de tal manera que nadie sepa ni os vea que oráis. Cuando en la oración sentís la conexión con el Gran Inicio, cada pensamiento en vosotros será claro y cada sentimiento – fuerte y potente -.

“¡Señor de las fuerzas, rodéame con Tu muro diamantino, fortalecido con el aro ardiente del amor, para que sean repelidos los pensamientos astutos, las magias, las calumnias y los ataques de los enemigos visibles e invisibles!”

Al levantarte de la cama por la mañana, con manos levantadas hacia el cielo dí: “¡Señor, Te pido, derrama en mí fuerzas cósmicas vivas para que penetren en cada célula de mi cuerpo, y que introduzcan en él fuerzas, vida y salud, que fortalezcan mi espíritu para que cumpla el deber por el cuál he venido a la Tierra!”

No tengas prisa en nada, pero silenciosamente y con confianza, pide del Señor ayuda.

No podréis conectarse con la Naturaleza, si no tenéis en vosotros aquel incesante espíritu de oración. La oración representa la luz y el calor necesarios para que el alma humana se conecte con Dios y con la Naturaleza razonable.

A la Naturaleza le gusta que hables concreta, clara y exactamente. Si pides algo de esta manera, ella está lista para dártelo. Cada alma puede recibir aquello que desea, pero debes saber como pedirlo.

La oración colectiva es fuerte y por eso, cuando todos oran al mismo tiempo en una dirección y son sinceros y cordiales, la oración da resultado. Si hay armonía, la oración tiene fuerza.

Fórmula:

“Todo lo que es bueno, yo puedo aceptarlo. Todo lo que es bueno, yo puedo aplicarlo. Cuando quiero hacer algo bueno, no hay fuerza que pueda contrarrestarme. Todo lo puedo a través del Señor del Amor, Quien ha creado todo en el mundo”.
(Esta formula se dice en caso de terremoto. Cuando empecéis a oír los estruendos, no temáis, sino digan esta formula).

“¡Ayúdame, Señor, a evitar los malos actos y a cumplir los buenos que no he hecho ayer!”

“¡Que el Dios de Toda la Plenitud nos llene con Su Espíritu benévolente, que cumplamos Su voluntad. Señor Omnibenévolo de Toda la Plenitud, en el nombre de Tu amor, ilumínanos con Tu Santo Espíritu y llena nuestros corazones con Tu paz!”

Cada versículo o parábola que Cristo ha dicho son una fórmula, un deber, impuestos en nosotros desde tiempos inmemorables (Oraciones y fórmulas Por el Maestro Beinsá Dunóv).

El humilde dice: “¡Señor, que no se haga mi voluntad, sino la Tuya!”

Fuente:

-http://www.bratstvoto.net/vehadi/menues/b7/ORACIONES_Y_FORMULAS.html

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.