La forma de pensamiento de la muerte: Curación V

La forma de pensamiento de la muerte

La forma de pensamiento de la muerte. Las condiciones caóticas que ahora se manifiestan requieren instrucción adicional que ayudarán al discípulo a responder la llamada del servicio; por lo tanto estoy facilitando instrucción escrita para todos los que la deseen.

La forma de pensamiento de la muerte
La forma de pensamiento de la muerte

La forma de pensamiento de la muerte

Este material se proyectará según la necesidad que los tiempos la demanden.
Encontramos hoy de manera prominente entre las muchas manifestaciones una condición de enfermedad.
Para abordar este problema con algún grado de éxito es necesario antes comprender su
naturaleza. Todos los discípulos reconocen el hecho de que cualquier manifestación es el resultado
de un estado de conciencia, y que para cambiar el efecto uno debe trabajar en los planos internos
con la causa. Hay muchas maneras de hacer esto, pero el único método que concierne a los discípulos
en este momento es el da la curación, preferiblemente por absorción.

En otras palabras, el discípulo no impide que un potencial se manifieste; más bien, afronta la manifestación, y mediante el uso del arte de la absorción efectúa una cura que a su vez afecta a la condición del todo y reduce el alcance de esta apariencia particular.

Este es un concepto extremadamente importante a captar. La manifestación del caos es parte del
Plan Divino, porque solo de esta manera puede el karma ser ajustado. En ello reside la oportunidad
para equilibrar el karma de las edades, y el comienzo del recorrido de un nivel superior del sendero
evolutivo (La forma de pensamiento de la muerte).
Encontramos que la causa de la incapacidad física creciente en el mundo hoy es la gigantesca forma
de pensamiento racial de la muerte. Esta forma de pensamiento es uno de los factores principales
de la ilusión astral que vela la realidad, siendo el otro factor en sentido de separatividad.

Cuando rompemos esta forma de pensamiento en sus componentes encontramos lo siguiente:
1. Miedo a la muerte.

Esto por supuesto es obvio y no necesita muchas explicaciones. Baste decir
que el que la mayor parte de la raza consideren la posibilidad de la extinción crea un miedo intenso,
que dan por resultado que se produzcan las condiciones que se asemejan al fin temido. La transición
que resulta de la enfermedad es antinatural, y la causa reside en la forma de pensamiento de
la muerte. El Alma dispone abstraerse de la forma. La conciencia de la personalidad intuitivamente
percibe la experiencia que afronta y aunque de manera totalmente inconsciente, se dispone a producir
esas condiciones, como resultado del miedo, producirán el tránsito. La eliminación de este
miedo dará por resultado la salud perfecta hasta el momento de la transición y el tránsito natural
en plena conciencia de vigilia.

2. Miedo de separación.

Este miedo a la pérdida por parte de los seres queridos crea en aquellos
que van a pasar un miedo incluso mayor que el que ya tienen. Es transmitido telepáticamente por
el plexo solar a las emociones del enfermo, y esta condición obviamente empeora. La idea de soledad,
de separación, de inseguridad, crea en él un tipo de pánico que hace su transición extremadamente
difícil (La forma de pensamiento de la muerte).
Los discípulos deberían recordar, cuando alguien que aman esté haciendo la transición, que realmente
no hay separación, que las Almas son realmente una, y que los hilos de contacto permanecen
intactos aún después de la salida del cuerpo físico. Debería permitir que su amor siga al que pasa al
otro lado, y eliminar la innecesaria pena del fallecido y de sus deudos.

3. Emociones de codicia, odio, celos, etc.

Se preguntarán como puede ser esto: ¿cómo pueden emociones fuertes como estas aumentar el poder de la forma de pensamiento de la muerte? Porque se encuentran en directa oposición a los principios de la vida. La conciencia perfecta de la vida se expresa a si misma como correcta relación, como la perfección de la energías en manifestación. La emociones negativas crean vórtices de energía que se mueven continuamente en el anillo-de-no-pasar del individuo y no encuentran otra forma de expresión que reacciones desagradables en la personalidad.
Como ilustración, el resentimiento crea un bloqueo de la energía del Segundo Rayo que se manifiesta como artritis. Toda enfermedad que no resulte en transmisión de energía, y algunas que lo hacen, encuentras sus causas kármicas como emoción dañina. Piensen en esto: les aportará muchas comprensión.

Vemos esta forma de pensamiento racial tan cerca a la familia humana hoy que empaña or completo la visión de la realidad. Es albergada por casi toda conciencia en forma humana. Según queda bien establecida en su casa, controla su entorno. Los discípulos harían bien en darse cuenta de a que estén combatiendo.

No puede confinarse a un individuo o grupos de individuos, sino es más bien una entidad en si misma, alimentándose de la energía vital de los que la albergan. Es, en su suma total, las Fuerzas Oscuras de las que el discípulo oye tanto. Por lo tanto, les aconsejaría sacar esta oscuridad del dominio del individuo y verla por lo que es. Se puede preguntar por qué se permite manifestar a esta forma de pensamiento. Debo responder que es una lección que la humanidad debe aprender, el obstáculo que la humanidad debe vencer, y por lo tanto es bueno considerado desde un punto de vista de largo alcance. Sin embargo, los discípulos está inclinados a albergar una sensación de futilidad cuando llegan a este concepto sin comprenderlo totalmente.

Se olvidan que ellos, también, juegan una parte en el proceso evolutivo y que sin ellos, como sin cualquier otro factor, la evolución no sería posible. El curso obvio para los discípulos es por tanto desempeñar su parte en la superación de esta oscuridad para que la luz pueda alcanzar la conciencia de la raza humana.

Los discípulos son profesores, y esa enseñanza puede tomar muchas formas, y la menor de ellas no es esa acción que revela a sus hermanos más jóvenes una mejor manera a la luz de la comprensión.5 Esta futilidad de los discípulos presenta un problema mayor que el que presentan los niveles inferiores de conciencia. Harían bien en meditar sobre esto para logar una perspectiva correcta (La forma de pensamiento de la muerte).

Para volver a los métodos de servicio empleados por los discípulos, consideraremos el trabajo realizado
por el grupo subjetivo interior. Actúan como una estación de difusión, transmitiendo a los niveles de conciencia inferiores aquellas energías que precipitan la manifestación. La forma de pensamiento de la raza es así fortalecida con mayor fuerza vital, y buscando expresión se elabora en el plano físico en sus varias fases. El discípulo que trabaja en el campo, el mundo físico, responde a esta actividad enfrentando con luz la oscuridad en la forma.

Absorben la vibración de lo menor y la devuelven como luz, iluminando así la conciencia implicada.
El discípulo, para tener éxito, debe haber logrado cierta iluminación sobre si mismo, y esto debe ser capaz de mantenerlo a pesar de todo lo que se manifieste a su alrededor. Este estado de conciencia llenaría muchos volúmenes y aún así veo necesario elucidarlo en tan pocas palabras como sea posible.
Esto lo intentaré hacer con la idea en mente que aquellos verdaderamente interesados habrán adquirido suficiente pureza de motivación para hacer posible la comprensión.

Al analizar el estado iluminado de conciencia referido, ciertos conceptos básicos saltan a la vista,
que intentaré clarificar.
1. Perfecta conciencia de la vida.

Esto naturalmente elimina toda negatividad del ara del discípulo.
Es totalmente consciente del principio vital, reconociendo que todo en el Universo está vibrantemente
vivo, que toda sustancia es sustancia activa pensante, impregnada por la Voluntad de Dios, que se manifiesta en la familia humana como la voluntad-de-ser, el Amor de Dios que se despliega como la conciencia de las relaciones, y la Actividad Inteligente de Dios, que se manifiesta como el impulso a aprender, a conocer mediante la experiencia (La forma de pensamiento de la muerte).

La vida es lo que anima e impregna toda forma.

Es la esencia de la forma, y sin ella no habría nada de lo que existe. Nada existe o puede existir sin vida. La vida no puede ser ni añadida no quitada, aunque puede cambiar de forma muchas veces. Este concepto es el primer prerequisito a la perfecta conciencia de la vida. Aquello que llamamos energía vital no es algo vago e ilusorio, sino es la esencia de nuestra forma naturaleza. Su tipo es disponible en abundancia donde quiera que haya forma.
La raza, en lugar de reconocer este hecho de la naturaleza, se identifica con la ilusión de separación, pena, odio, dolor, etc., y aparentemente muere poco a poco, día a día. La humanidad entretiene y abraza la ilusión de la muerte, volviéndose inconsciente de su realidad esencial. La vida, por el momento parece pasarle de largo.

Comiencen a vivir realmente ahora, reconociendo este principio de vida dentro de si mismos y de aquellos a su lado.

Véanlo impregnando su hogar y la atmósfera que respiran. Vean a su alrededor y en su interior un aura dorada de energía vital. Visualícenla como el núcleo de cada átomo de sustancia que constituye sus cuerpos e irradiando para unirse a esta misma energía irradiando de cualquier otro átomo de sustancia. Vean este aura rasgando el velo de la ilusión para atraerles solo manifestaciones perfectas de
vida perfecta.Reconozcan que esto es verdad respecto a todo ser y toda cosa en o fuera de la forma, y descubrirán
un nuevo mundo animando al viejo a su alrededor (La forma de pensamiento de la muerte).

2. Conciencia de la perfecta relación.

Estoy presumiendo que el discípulo ha logrado la realización del Alma Una manifestándose en una miríada de formas y por esta razón pasaremos a otra unidad no tan obvia que no haber sido reconocida. Esta unicidad se encuentra en el mar de la sustancia.
Toda sustancia es energía, y como hemos afirmado muchas veces, inteligente por naturaleza.
Toda conciencia, la suya y la mía, está literalmente sumergida en este océano de sustancia, y todas las partículas de materia que constituyen sus cuerpos están en constante movimiento. Están continuamente pasando a través de sus cuerpos, entrando y saliendo (La forma de pensamiento de la muerte).

Pueden preguntarse qué mantiene la forma.

Es el resultado de un potente campo mantenido por el Alma. La sustancia se adhiere a la forma, pero lo hace de manera transitoria, siendo continuamente reemplazada por la sustancia de una naturaleza vibratoria nueva y cambiante. Aquello que está hoy constituyendo la forma de sus cuerpos fue ayer parte de una forma diferente, y mañana será parte de aún otra forma. Esta sustancia, en constante movimiento, es inteligente y responde al pensamiento que es una frecuencia vibratoria forme y fuerte, sin importar lo correcto o erróneo, hablando relativamente, que ese pensamiento pueda ser. Esta sustancia de su forma es coloreada por su pensamiento, y continuará de esa manera hasta que sea cambiado por un pensamiento más positivo. Este pensamiento
impreso sobre la sustancia porta cierta vibración y libera actividad de energía.

El pensamiento, su tasa de vibración y actividad de energía pone a las demás partículas de la sustancia en actividad, y vemos en manifestación una definida esfera de influencia.

El trabajo subjetivo, por tanto, sigue este patrón:

1. En primer lugar el concepto a ser impresionado es reconocido en su más plena extensión posible.
Esto construye la forma de pensamiento.
2. La realización es luego liberada a la actividad en la que estén inmersos inmediatamente, siendo por tanto precipitada en esa cuota de sustancia en su esfera de influencia en cualquier momento dado.

Como ejemplo, consideremos el caso hipotético de un discípulo inmerso en la tarea de cavar un hoyo y realizar el hecho del Plan Divino en manifestación. La sustancia en su esfera inmediata de influencia – la de sus propios cuerpos, el aire que respira, la pala, la tierra, la personas con las que hace contacto – es impresionada con esta realización del Plan Divino (en relación con el hoyo, etc.)

La frecuencia vibratoria de las partículas de sustancia se incrementa, energías Divinas son puestas
en movimiento y según esas sustancia continúa su camino, siendo incorporada a otras formas, produce efectos en esas formas y sus asuntos. Esto es trabajo subjetivo a escala Universal.
Cuando llevamos esto a un acto específico como el de la curación, el individuo implicado se reconoce como un punto focal para la distribución de energías Divinas a y a través del todo. El discípulo luego reconoce, de acuerdo a su capacidad, la perfecta conciencia de la vida y la manifestación de esa vida como el Plan divino. La realización es luego liberada a la actividad indicada (La forma de pensamiento de la muerte).

Antes de que el discípulo pueda trabajar con el arte de la absorción, debe haber adquirido en si mismo perfecta conciencia de la vida, la realización de su esencial unidad con todo lo demás, perfecto amor hacia todos, perfecta paz y estabilidad absoluta.

Hablo de estas cosas como lo máximo que es posible obtener estando aún en forma humana.
Establecido de esta manera, atrae a si mismo todas las vibraciones inferiores en su entorno inmediato y los pone en armonía consigo mismo. Como símbolo de este trabajo doy el círculo con el punto en el centro. El discípulo ha encontrado este centro absoluto, el punto en el círculo, y desde ahí, mediante la analogía de la respiración rítmica, atrae, transmuta, libera y manifiesta. De esta manera, la periferia se expande, aumentado siempre su esfera de influencia.No conozco otras palabras para transmitir a su estado actual de desarrollo y comprensión esta actividad,
y a pesar de ello apenas son adecuadas (La forma de pensamiento de la muerte).

Como un ejemplo muy práctico, les daré las siguientes ilustraciones:

El discípulo se hace consciente del resentimiento de su hermano dirigido o bien hacia él o hacia otro. Si este resentimiento fuese dirigido hacia él, reconocería en primer lugar que nada le llega que no sea suyo, no importa lo injusto que ese resentimiento pueda parecer. El discípulo sabe que en cierta manera es responsable de ello. Es su creación, originándose posiblemente en el pasado lejano. Reforzado con este conocimiento, absuelve a su hermano de toda culpa, y conscientemente lleva ese resentimiento hacia si mismo.

Ahí le aplica a los pensamientos y emociones del otro su Amor divino, transmutando el resentimiento en amor inofensivo.

Esto lo libera, dirigiéndolo de vuelta a su hermano con sus bendiciones.
Continúa esta actividad, consciente y positivamente, pensando y hablando solo lo bueno de su hermano, y eventualmente las actitudes del otro cambiarán. Cuando el discípulo puede llevar a cabo esta actividad con éxito, transmutando toda la negatividad en su entorno en su opuesto polar del amor positivo, paz, coraje, etc. ha encontrado verdaderamente el camino del servicio.Con la facultad imaginativa de la mente y la intuición, esto puede aplicarse a las enfermedades físicas de la familia humana, pero solo cuando el discípulo esté seguro en su centro. Háganse a si mismos esta pregunta:

“¿Me atrevo a mismo a abrirme a toda discordia acerca de mi, llevándola a mi mismo para ser transmutada en armonía?”

Esto, por supuesto, necesita ausencia de miedo, pureza de motivo y completo desinterés. Por lo tanto, hermanos míos, hasta que estén seguros de esto, les aconsejaría no usar este método, sino más bien trabajar hacia su personificación. Hasta que se hayan vuelto inofensivos, este método no es seguro.
Se pueden preguntar por qué no he explicado esos métodos empleados por el instrumento físico en el arte de curar. Les digo que no son importantes. Los métodos de actividad física empleados por los discípulos son muchos y tan variados como la constitución de la energía de los discípulos mismos.

Cada uno encuentra por si mismo el camino, y esto solo después que ha alcanzado el estado de conciencia del Sanador Divino. La actividad sigue luego el camino de menor resistencia, asumiendo cualquier forma que sea indicada.

No olviden que la conciencia iluminada ve cualquier actividad como una forma perfecta para la expresión
de la vida. El médico, el practicante de la Ciencia Cristiana, la imposición de manos – todos
ellos y mucho más – se convierten en el instrumento perfecto de curación de acuerdo a la necesidad
particular, en lo que concierne al patrón de la experiencia.
Les digo una vez más que no se preocupe con la forma; dispónganse más bien a la tarea de personificar
la conciencia iluminada del Alma. La forma que asume la actividad se manifestará en Ley y Orden Divino se hace instrumental para responder a la necesidad (La forma de pensamiento de la muerte).

He reservado para lo último de esta instrucción la capacidad de visualizar, y mi razón es obvia.

Hay demasiados pocos de ustedes que sean capaces de beneficiarse de cualquier explicación de este aspecto
de la curación. Sin embargo entre ustedes a uno o dos que podrían hacer uso inmediato de esta instrucción, y algunos de ustedes, un poco más tarde, crecerán hasta una comprensión del mismo. Por lo tanto intentaré hacer decender las palabras que si se medita sobre ellas y se contemplan conducirán a su realización. Han oído a sus profesores hablar a menudo del ojo interno, y han leído muchas veces las palabras, pero

El Ojo Espiritual se abre en respuesta a la Luz Espiritual, de igual modo que los ojos físicos fueron una respuesta a la luz física.

A medida que la Luz del Alma es lanzada hacia afuera, y todo lo que es, se baña en esta Luz, el Ojo Espiritual se abre para ver la forma revelada a la luz de la comprensión. Una vez más encuentro las palabras de su lenguaje inadecuadas. El ojo interior es literalmente el Ojo del Alma manifestándose en la mente. Aquí una situación es vista bajo la luz de la comprensión, todos los factores se ensamblan y captan rápidamente, siendo el resultado, la aplicación Divina rauda y certera (La forma de pensamiento de la muerte).
El discípulo ve la perfección. Miran en la forma, viendo la condición de las energías en manifestación,
y conociendo la perfección del Alma, visualiza esa perfección en la forma.

Aquellos de ustedes que no se han vuelto aún conscientes del ojo interior harían bien en arrojar al
Luz del Alma hacia afuera.

Todos ustedes tienen un grado de conciencia iluminada. Que esa iluminación revele aquello que ven con el ojo físico. Aprendan a enfocar el ojo interno sobre el mundo que les rodea, y verán con comprensión. Como un paso en esa dirección, reúnan los conceptos de la verdad que han adquirido en un todo integrado. Cuando observen una condición de caos, lancen la iluminación de esa verdad hacia afuera sobre esa condición y bajo la luz de la comprensión continúen su observación.

El siguiente es un pensamiento semilla muy bueno para la meditación:

“La Luz de mi Alma es lanzada hacia afuera y todo lo que veo se revela en su iluminación.”
La Paz esté con ustedes — Su Hermano en Cristo — D.K.
Meditación – Toque Sanador
Por favor establezcan su alineamiento superior directamente con el Maestro D.K., el Maestro K.H.
y el Cristo Trascendente, haciéndose receptivos a las energías de curación que se proyectan a través
de este triángulo (La forma de pensamiento de la muerte).
Prepárense para la meditación por favor… Enfoquen la conciencia en la caverna e identifíquense como el Alma Consciente Encarnada en la instrumentalidad, visualizando la red etérica y su sistema de centros… Tomen la forma del pequeño sol dorado en la caverna, irradiando luz, luz dorada, en y hacia la red etérica hasta que el cuerpo etérico mismo irradie luz hacia su entorno.
Visualicen ahora como el cuerpo etérico interpenetra el físico y se extiende hacia afuera – de dentro  hacia afuera… Dense cuenta ahora que este cuerpo etérico, esta red de líneas de fuerza, que se asemejan y subyacen al sistema cerebro espinal, es altamente satisfactorio al sentido del tacto; es proclive al sentido del tacto.

Desde su enfoque en el centro del pequeño sol dorado, extiendan, no la conciencia sino la percepción, a través de la red etérica, interpenetrando el físico y extendiéndose fuera del mismo, concentrando su atención en el sentido del tacto. Intenten sentir con su etérico el cerebro y el sistema nervioso, que es su envoltura externa, por así decirlo… y mediante esa luz vertiéndose a través de la red etérica, incrementen, solo una fracción, la frecuencia vibratoria del cerebro y del sistema nervioso (que es la envoltura externa del etérico)… ahora intenten sentir, mediante esta red etérica, la carne, la sangre, los huesos del cuerpo y de nuevo, usando la luz que se vierte a través del etérico, aumente, solo una fracción, la frecuencia vibratoria de la carne, la sangre, los huesos del instrumento físico… (La forma de pensamiento de la muerte).

Dejen que la percepción se extienda más allá del físico a la atmósfera que rodea inmediatamente al cuerpo físico, y con este etérico, sientan esa atmósfera… Usando la luz que se vierte a través del etérico, aumenten, eleven la frecuencia vibratoria de la atmósfera que rodea inmediatamente al cuerpo…
Al mismo tiempo, con el etérico, mediante el etérico extendiéndose más allá del físico, busquen las cuatro energías vitales identificadas como energías pránicas, que nutren y alimentan, y mantienen la salud del cuerpo físico…

Búsquenlas y llévenlas al instrumento mediante los tres centros del corazón (el corazón superior, el centro del corazón y el corazón inferior) y el plexo solar… Levando estas energías al instrumento etérico, revitalizándolo, energetiźandolo… haciendo pasar las energías a través del instrumento, de vuelta nuevamente al entorno…

Relajen el foco de atención por unos pocos momentos… haciendo una pausa entre actividades –
descansando…

Ahora desde dentro del pequeño sol dorado en el centro de la cabeza, enfoquen la atención en el
centro ajna y muévanse gradualmente desde el pequeño sol dorado hasta centrarse en el centro
ajna mismo… Reconozcan que este es el centro que controla y manda, cuando se utiliza conscientemente,
las cinco energías del hombre inferior…(La forma de pensamiento de la muerte).

Ver más en: El estado de conciencia de los que solicitan curación y El estado de conciencia necesario para la curación y La forma de pensamiento de la muerte y Terapia: Equilibrando el karma

Fuente:

–Curación- Lucille Cedercrans (La forma de pensamiento de la muerte).

-Propia (La forma de pensamiento de la muerte).

 

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